La construcción en Chile se prepara para un cambio trascendental. Las nuevas exigencias térmicas impulsadas por el Minvu no solo redefinirán los estándares técnicos de las viviendas, sino que también abrirán paso a una industria más eficiente, sustentable y adaptada a las distintas realidades climáticas del país.
El 28 de noviembre de este año marcará un antes y un después en la construcción de viviendas en Chile. Ese día entrará en vigencia la tercera etapa de la Reglamentación Térmica, una actualización normativa impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que establece nuevos estándares de eficiencia energética y confort térmico para edificaciones residenciales, de salud y educación.
Entre los principales cambios, se encuentra una nueva zonificación térmica que divide al país en nueve zonas climáticas, permitiendo adaptar las exigencias constructivas según las condiciones de cada región. Además, se refuerzan los requisitos de aislación térmica en muros, techumbres, sobrecimientos y puertas, junto con nuevas exigencias de control de condensación, hermeticidad y continuidad de la envolvente térmica. “Estamos ante un cambio estructural en la forma de construir en Chile. Estas nuevas exigencias no solo elevan el estándar técnico de las edificaciones, sino que también promueven un cambio cultural hacia una construcción más consciente con el entorno y las personas”, señala Mónica Budge, jefe de Productos Especiales de Vidrios Lirquén.
De manera complementaria, la Calificación Energética de Viviendas (CEV) –un sistema voluntario desarrollado por el Minvu y el Ministerio de Energía– permite evaluar el rendimiento energético de una vivienda mediante una etiqueta de eficiencia (A+ a G, tal como hoy en día se califican algunos artefactos, como los refrigeradores). Este sistema facilita la toma de decisiones informadas a la hora de comprar, vender o arrendar una propiedad, y puede traducirse en ahorros de hasta un 80% en consumo de energía en viviendas con calificaciones altas.
“Si consideramos que el vidrio es el componente dominante de una ventana, su impacto en la eficiencia energética es enorme. El vidrio Low-E no solo mejora el confort térmico, también reduce costos de calefacción y contribuye a viviendas más sustentables. Esta nueva normativa es un paso crucial para lograrlo”, explica la experta.
La implementación de esta reglamentación representa un avance significativo hacia edificaciones más eficientes, confortables y sostenibles, con beneficios tanto ambientales como económicos para las familias chilenas.