Es el principal efecto que está produciendo la posibilidad de poder operar nuevamente con el dólar oficial en las transacciones relacionadas con la compra de viviendas.
Por Leonardo Núñez
La reciente decisión del Gobierno argentino de levantar el “cepo cambiario” –(término para referirse a las restricciones para la compra de monedas extranjeras)– con el objetivo de establecer una nueva banda para el dólar oficial, comenzó a generar repercusiones concretas en el mercado inmobiliario local.
¿La más visible? Ante la posibilidad de operar nuevamente con el dólar oficial en las transacciones inmobiliarias, según analistas económicos, se abrió una ventana de oportunidad para el acceso al crédito hipotecario, especialmente para los sectores medios de la población. Dicho efecto también se ha visto impulsado por la caída de la inflación y la estabilidad económica que ha mostrado el país en los últimos años.
Hasta ahora, quienes accedían a un crédito hipotecario en pesos argentinos se enfrentaban a una dificultad clave: debían convertir esos pesos al “dólar MEP” (Mercado Electrónico de Pagos), una cotización históricamente más alta que el oficial, lo que encarecía las operaciones y en muchos casos desalentaba la compra. Con el levantamiento del “cepo”, esta barrera se redujo. Y ahora los fondos pueden utilizarse directamente para adquirir dólares oficiales, haciendo las transacciones más previsibles y accesibles.
El economista Federico González Rouco, explicó a “La Nación” de Argentina que esto no sólo elimina las distorsiones, sino que podría “ dinamizar el crédito hipotecario y mejorar la transparencia en las operaciones inmobiliarias ”.
Pese a este nuevo escenario, expertos del sector inmobiliario coinciden en que aún existen obstáculos para que el crédito hipotecario despegue definitivamente en el país vecino, especialmente por el poder adquisitivo real de las personas.
“La clave no es solo la estabilidad cambiaria, sino la recuperación de los salarios . Si los ingresos no mejoran, la gente no va a endeudarse a largo plazo por más que el dólar esté controlado”, afirma Fabián Achaval, operador del sector inmobiliario. En la misma línea, Alan Daitch , CEO de Tasatasa, anticipa que “el mercado reaccionará con cautela en los próximos días, mientras se ajustan las expectativas”.
Entre las otras medidas que se han tomado para reactivar el mercado inmobiliario en el país vecino, se encuentran mejoras la eliminación de trámites restrictivos y la reducción de tasas y aranceles.
El detalle de las medidas también incluye:
Créditos hipotecarios: Se han impulsado nuevas alternativas de financiamiento, como la “Hipoteca de bien futuro”, para facilitar la compra de propiedades en construcción o sin escritura definitiva. Además, se han ofrecido créditos hipotecarios a 30 años para departamentos en construcción.
Desregulación: Se han eliminado trámites restrictivos para residentes en el exterior y se ha reducido hasta un 50% las tasas y aranceles del Registro de la Propiedad Inmueble.
Incentivos fiscales: Estos están dirigidos a los desarrolladores que se comprometen a construir viviendas accesibles.
El fenómeno argentino se da en paralelo con un creciente dinamismo del sector inmobiliario en varios países de Latinoamérica. En Chile, la digitalización de procesos y la oferta de nuevos subsidios habitacionales han impulsado la recuperación de las ventas, aunque aún en cifras bajas comparados con las ventas previas a la pandemia de Covid.
México, por su parte, vive un auge de la construcción residencial, especialmente en el norte del país, apalancado por el “nearshoring” y el crecimiento industrial.
En Colombia, el gobierno continúa fortaleciendo programas de vivienda social y créditos subsidiados, mientras que en Brasil , los recientes recortes en la tasa SELIC están mejorando el acceso a financiamiento a largo plazo. En todos estos casos, la reactivación del crédito hipotecario es vista como una herramienta clave para dinamizar el mercado y atacar el déficit habitacional, un problema común en la región.
En este contexto, el caso argentino aparece como una señal de posible recuperación para el sector. Si las condiciones macroeconómicas se estabilizan, el levantamiento del cepo podría marcar un punto de inflexión para volver a posicionar el crédito hipotecario como una opción real para la clase media, insisten los analistas.