En contra de lo que muchos podrían haber anticipado, considerando los efectos del estallido social, la pandemia y la crisis inmobiliaria actual, la comuna de Santiago está mostrando claros signos de reactivación al cierre de 2024.
La vivienda, además de representar el sueño de un hogar propio, es un activo tangible y duradero que ha demostrado ser una de las inversiones más sólidas a lo largo del tiempo. En la última década, el índice UF/m² de la vivienda nueva en Chile ha experimentado un aumento real del 68%.
El acceso a la vivienda en Chile ha evolucionado de manera preocupante en los últimos años, afectando principalmente a los segmentos medios representados por los deciles 7 y 8. En 2017, estos hogares aún contaban con opciones razonables en el mercado inmobiliario, pero la situación ha cambiado drásticamente para 2024, prácticamente excluyéndolos de la oferta de vivienda asequible.
En tan solo un año, las ventas de viviendas nuevas en la comuna de Peñaflor crecieron casi un 80% (fuente EDI). Esta cifra se suma a la de otras comunas como Padre Hurtado, Colina e Isla de Maipo, que reflejan la creciente preferencia de los habitantes por buscar opciones residenciales fuera de las zonas centrales y más densificadas de Santiago.