Con el fin de año y la llegada de las vacaciones, muchos hogares quedan desocupados por largos períodos. Si bien esta es la oportunidad perfecta para descansar y recargar energías, es también, el momento en que nuestras viviendas quedan más expuestas a riesgos como robos, daños estructurales o emergencias domésticas. Frente a esta realidad cabe preguntarse: ¿estamos tomando las medidas necesarias para proteger nuestro hogar y patrimonio?.