No es novedad para nadie que la actividad inmobiliaria ha tenido que enfrentar años especialmente difíciles como consecuencia de un escenario económico debilitado, altas tasas de interés, condiciones de financiamiento restrictivas, altos costos de construcción y elevados costos de inversión para el desarrollo de nuevos proyectos. Como es de saber, esta situación ha golpeado fuertemente la oferta de viviendas, y hace que hoy estemos hablando de la “generación sin casa”.