Las industrias se enfrentan a una desafiante tarea: impulsar su transición energética y la disminución de sus emisiones de gases de efecto invernadero sin perder la eficiencia de sus procesos. Todo esto en un escenario de crisis global por el cambio climático, cuyos efectos, en algunos casos devastadores, ya percibimos en distintos rincones de nuestro planeta y, por cierto, también en la región de América Latina.