Desde la prohibición de venta de propiedades a extranjeros no residentes en Canadá hasta la democratización de viviendas sociales en Austria, son algunas de las iniciativas para disminuir los precios de las viviendas.
Por: Tomás Rodríguez Botto
El alza de los precios de las viviendas ha sido una constante durante el último año a nivel global que sigue aumentando progresivamente. Es por este motivo que algunos países han implementado ciertos modelos para frenar el encarecimiento en las propiedades.
Un claro ejemplo es Canadá, país que impulsó una ley para prohibir a los extranjeros no residentes comprar propiedades durante los próximos dos años. El presidente Justin Trudeau al anunciar el plan fue enfático al decir que “las viviendas son para las personas, no para los inversores”. La nación norteamericana ha aumentado un 27% el valor de las viviendas durante el año pasado en comparación al 2021.
En cuanto a este modelo canadiense, presenta excepciones para refugiados y solo se aplica a las residencias urbanas y no a propiedades turísticas. Los extranjeros representan menos del 5% de los propietarios de vivienda en Canadá, pero los actores financieros institucionales son los extranjeros en el país. Es ahí donde apunta la medida del Gobierno. Fondos de pensiones, sociedades de inversiones inmobiliarias, compañías de seguro, estos sectores pueden llegar a representar el 30% de las viviendas en arriendo en Canadá.
Otro caso es el de Viena, capital de Austria, que lleva décadas impulsando un modelo de viviendas sociales que impone restricciones tanto para los inversores como para los arrendatarios. A la fecha, la ciudad posee y tiene un cuarto del total de viviendas en arriendo, que son cerca de 200 mil inmuebles a precios accesibles para la ciudadanía.
Este modelo no solamente proporciona una vivienda social a los sectores más vulnerables, sino que al tener los límites de ingresos muy amplios, permite que la clase media pueda acceder a este tipo de vivienda. Un requisito para poder tener un contrato de arriendo de vivienda social en la capital austriaca, es residir dos años mínimo.
Singapur por su parte, ha implementado el impuesto a la segunda vivienda, esta medida va en directa relación a propietarios extranjeros que inviertan en el país asiatico. Con esta decisión el Gobierno construye viviendas sociales a los residentes permanentes. A partir de este año el impuesto de bienes y servicios subirá a un 10%, y también regirá para el año 2024, donde se incrementará un 1% adicional. Se espera recaudar US $3.200 millones.
Desde la prohibición de venta de propiedades a extranjeros no residentes en Canadá hasta la democratización de viviendas sociales en Austria, son algunas de las iniciativas para disminuir los precios de las viviendas.