En estos días, parece que todo el mundo está hablando de la recuperación de Santiago Centro. No es para menos: entre nuevos proyectos, edificios patrimoniales rescatados y anuncios de revitalización urbana, hay muchas razones para mirar con optimismo. Pero, ¿de verdad estamos avanzando o seguimos atrapados en una conversación que suena bien, pero carece de acción?
En los próximos tres años el panorama inmobiliario de nuestro país podría experimentar una transformación que, a primera vista parece positiva, pero que encierra inminentes problemáticas. Con la tendencia a la mejora en las tasas de créditos hipotecarios en los siguientes años, es natural pensar que esto abrirá la puerta para que más personas puedan cumplir el sueño de tener su casa propia. Sin embargo, esta tendencia traerá consigo consecuencias que se reflejarán en una crisis inmobiliaria por escasez de oferta.