En las de estratos medios o bajos abundan las exóticas, lo que genera distintas externalidades medioambientales y sociales, según estudio de Brian Guevara, ingeniero forestal de la Universidad de Chile.
Por Leonardo Núñez
En medio del debate por la calidad de vida en las ciudades, sumado a la sequía que afecta al país y las tensiones por el impacto que genera la actividad humana en el medioambiente, cada cierto tiempo surgen estudios que arrojan luces para lidiar o buscar soluciones frente a estas problemáticas.
Es lo que ocurre con la investigación “Efecto lujo: Relación entre el nivel socioeconómico y la abundancia y diversidad arbórea en áreas verdes de la Ciudad de Santiago, Chile”, realizado por el ingeniero forestal Brian Guevara para obtener su título profesional en la Universidad de Chile, el cual arrojó interesantes resultados.
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Utilizando un muestreo aleatorio estratificado, Guevara seleccionó 60 áreas verdes (parques y plazas) de distintas comunas de Santiago, representando diferentes combinaciones de niveles socioeconómicos (alto, medio y bajo) y tamaño del área verde (grande, mediano y pequeño).
“Se encontró que la abundancia y la riqueza de especies de árboles por parcela en áreas verdes de Santiago no varió significativamente entre los niveles socioeconómicos, por lo que las áreas verdes de Santiago parecen no presentar un efecto lujo sobre estas variables a la escala evaluada”, explica el profesional en su investigación.
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Sin embargo, sí se detectó una condición diferencial determinante, la cual genera distintas externalidades medioambientales y sociales. Ello se debe al tipo de especie de árboles que hay entre comunas con más o menos recursos.
“La riqueza de especies nativas fue significativamente mayor en el nivel socioeconómico alto que en el medio, y marginalmente mayor en el nivel socioeconómico alto que en el bajo, lo que revela un acceso diferencial a las especies de origen nativo y, consecuentemente, a la provisión de servicios ecosistémicos provenientes de la biodiversidad local y la posibilidad de conocer e interactuar con el patrimonio natural en las áreas verdes”.
“Actualmente la proporción de especies exóticas y nativas en la ciudad de Santiago es de 69,5%, y 30,5% respectivamente, que si bien esta diferencia ha disminuido en los últimos años, se recomienda aumentar los esfuerzos para que se equilibre en un 50-50”, explica Guevara a El Diario Inmobiliario.
“Las especies nativas por lo general están mejor adaptadas a las condiciones climáticas propias del lugar, además los datos disponibles sugieren que el paisajismo de áreas verdes urbanas con plantas nativas apoya y promueve la biodiversidad. Eso, además, genera que haya mayor cobertura arbórea en las áreas verdes donde viven personas de nivel socioeconómico alto, por lo que las personas de más recursos obtienen un mayor acceso a los beneficios asociados como la sombra, por ejemplo, y por ende a una mejor calidad de vida”, agrega el profesional.