El ícono arquitectónico de París, siempre entrega algún dato o hecho curioso que inspira a artistas, genera curiosidad o despierta la imaginación.
Por Leonardo Núñez
La Torre Eiffel, el ícono de Francia, nunca deja de sorprender. Siempre entrega algún dato o hecho curioso que inspira a artistas, genera curiosidad o despierta la imaginación. Erigida por Gustave Eiffel para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa, hoy es el monumento más visitado y fotografiado del planeta –recibe anualmente a más de 7 millones de visitantes–.
Lo que no todos saben, es que no se la concibió con un color definido, y por tanto, como la mayoría de proyectos de Eiffel, fue pintada de rojo. “Era un tono por defecto que ayudaba a evitar su oxidación y que, tiempo después, mutaría a un suave amarillo que la hacía resaltar mejor sobre el cielo azul”, recuerda AD, portal especializado en diseño.
Sin embargo, con el paso del tiempo, su color originario empezó a quedar en el olvido. Eso, hasta que en una de las tareas de conservación, el Ayuntamiento de París consiguió, decapando parte de su superficie, encontrar los diferentes matices con los que había sido repintada a lo largo de las décadas, encontrando el ocre mostaza exacto escogido por el ingeniero, cuando se decidió que la obra se convertiría en el emblema de la ciudad.
Este descubrimiento fue el que motivó la realización de un tributo que data de 2013: la creación de un salón con baños rojos dentro de la torre, el cual se diseñó en paralelo con el primer gran proyecto de modernización del icono parisino.
La firma Roca, que estuvo a cargo del trabajo, indicó que se utilizó el rojo para los baños porque evoca la pasión y la energía de la ciudad, además del color original de toda la torre.
Un tema al que Gustave Eiffel también dedicó un análisis, explicando el rol central que cumplía la pintura en su obra arquitectónica construida en hierro pudelado. En 1900, en su obra “La Tour de 300 mètres”, escribió: “Debemos insistir en la importancia de la pintura en la conservación de una obra metálica y de que cuanto más meticuloso sea el trabajo de pintura mayor será su vida útil”. Y el tiempo no ha hecho más que darle la razón.
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