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Los precios accesibles, comparados con el valor de los arriendos, sigue impulsando a que padres aprovechen el periodo de estudios universitarios de hijos para iniciar una inversión inmobiliaria de segunda vivienda.

Por Leonardo Núñez

En ciudades como Temuco, Valdivia y Concepción, la vida universitaria no sólo moviliza a miles de jóvenes cada año, sino que también dinamiza el mercado inmobiliario: padres y apoderados aún están optando por comprar propiedades en vez de arrendarlas durante el periodo de estudios de sus hijos, transformando esta etapa en una oportunidad de inversión patrimonial a largo plazo.

A pesar del escenario económico nacional marcado por la inflación y una baja en la actividad, esta tendencia se mantiene con fuerza. El alza sostenida de los precios de arriendo —especialmente en zonas cercanas a los centros de estudios— junto con la disponibilidad de proyectos habitacionales aún a precios accesibles, han impulsado esta estrategia de compra que combina residencia y capitalización.

“El arriendo promedio de un departamento tipo estudio o de un dormitorio cerca del centro de Temuco o Valdivia puede superar fácilmente los $400.000 mensuales. Por eso muchas familias optan por pagar dividendos similares, pero construyendo patrimonio propio”, comenta Gastón Braithwaite, Gerente General de Onewaite, inmobiliaria con proyectos en ciudades clave del sur como Temuco y Pucón.

Los precios en estas zonas, comparados con Santiago, siguen siendo competitivos. Por ejemplo, un departamento nuevo puede adquirirse desde 2.700 UF en barrios como Prieto Norte en Temuco, caracterizado por su cercanía a universidades, centros de salud y comercio. Además, muchas inmobiliarias están ofreciendo condiciones de pago flexibles, con opciones que permiten comenzar a pagar el dividendo en marzo de 2026, alineado con el ciclo académico.

Recientemente, Mercado Libre Inmuebles y Portalinmobiliario.com, basados en su data, elaboraron un ranking de los precios de arriendo en distintas regiones dirigidos a estudiantes de la educación superior. Por cantidad de ofertas inmobiliarias, la Región Metropolitana lidera de lejos con 1.328 propiedades. Le sigue Valparaíso con 441 y el Biobío con 67.

Respecto a los precios, ésta última muestra los valores promedio más altos ($634.401). La capital, en tanto, arroja un promedio de $601.919 y la ciudad puerto, registra  los precios generales más bajos, con $520.377.

¿Quiénes invierten?

El fenómeno no solo involucra a familias locales. Según la experiencia de Onewaite, es común que compradores provengan de regiones más extremas como Los Lagos, Aysén o Magallanes, buscando una solución habitacional estable para sus hijos mientras estudian, pero también una oportunidad de inversión a futuro.

“La compra de una propiedad universitaria no se limita al uso por parte del estudiante. Una vez que termina la carrera, la familia puede optar por arrendarla a nuevos alumnos o venderla, generando retornos por plusvalía. En muchos casos, el valor del inmueble se incrementa en un 20% a 30% en cinco años”, agrega Braithwaite.

Es que ya no se trata solo de buscar techo durante los estudios, sino de aprovechar este periodo para consolidar patrimonio en zonas de alta demanda y creciente valorización. Así, la educación superior se convierte también en una puerta de entrada al mundo de la inversión inmobiliaria.

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