El crecimiento de 4.7% está bajo las expectativas. Esto vuelve a poner la mirada sobre el golpeado sector de bienes raíces de la potencia asiática, que sigue mostrando “señales alarmantes”, indicó Tomás Flores, ex subsecretario de Economía.
Por Leonardo Nuñez
“Decepcionante” y “peor de lo esperado”. Son las palabras que se han repetido entre los analistas en las últimas horas tras conocerse que el Producto Interior Bruto (PIB) de China creció un 4.7% interanual en el segundo trimestre de 2024, según informó la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de la República Popular. Este es un resultado inferior a las expectativas, que anticipaban un crecimiento del 5.1%.
Esta desaceleración, comparada con el crecimiento del 5.3% del primer trimestre, ha generado preocupaciones sobre la estabilidad económica del gigante asiático y vuelve a poner la mirada sobre su golpeado sector inmobiliario, que tampoco repunta a pesar de las medidas previas que adoptó el gobierno para ir en su ayuda.
Expertos han reiterado que los principales desafíos para la economía china incluyen la debilidad de la demanda interna y los problemas persistentes en el sector inmobiliario.
Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo y ex subsecretario de Economía del primer gobierno del fallecido Presidente Sebastián Piñera, sostuvo a nuestro medio que “el sector inmobiliario en China está generando señales alarmantes desde hace varios meses, con dificultades financieras en grandes empresas y edificios nuevos sin ocupantes”.
El analista recordó que “este sector representa cerca del 20% del PIB (de China) y su desaceleración arrastra consigo el PIB total registrándose en el segundo trimestre una expansión menor a la esperada. El ajuste estructural es complejo porque también involucra al sector financiero y, por cierto, al gobierno”.
En el caso de Chile, agrega, estas magras cifras también tienen repercusiones: “China es nuestro principal socio comercial y un menor crecimiento implica menor dinamismo para nuestras exportaciones”.
Un portavoz de ONE, citado por “El País”, ha reconocido que entre los problemas están “la insuficiente demanda interna” y un mercado de la vivienda “que todavía está en proceso de ajuste y transformación”. “Las empresas están sometidas a una gran presión”, ha señalado, “hay riesgos y peligros ocultos en áreas clave”.
El sector de la vivienda sigue inmerso en una espiral descendente, a pesar de las diferentes medidas de apoyo que ha impulsado el Gobierno como la reducción de barreras para acceder a hipotecas o la creación de un fondo de 300.000 millones de yuanes (cerca de 38.000 millones de euros) destinado a que los gobiernos locales, muy endeudados, compren el exceso de viviendas no vendidas, agrega el medio.
Pero no han surtido efecto hasta ahora. Las cifras del PIB para el sector así lo revelan. En los seis primeros meses del año sigue desmoronándose la inversión (-10,1%) y el volumen de ventas (-25%). Los precios han caído en junio a su ritmo más rápido en nueve años, según cálculos de Reuters.
Ahora la atención de los inversionistas estará puesta en las decisiones que adoptará el Gobierno, que dio inicio al Tercer Pleno del Comité Central, una de las reuniones políticas más relevantes del Partido Comunista Chino. Este evento, que se celebra cada cinco años, tiene como objetivo definir las principales políticas económicas y políticas para la siguiente década.
La reunión adquiere mayor relevancia después de estas cifras de crecimiento del PIB, así como de las de inflación. “Se espera que la respuesta del gobierno a estos débiles datos podría incluir medidas adicionales de estímulo fiscal y monetario. La presión mundial para que implemente políticas que impulsen el consumo y estabilicen el mercado inmobiliario sigue siendo alta”, indicó el portal Finect.com.
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