Los cortes de luz no son una novedad, pero su frecuencia y duración han aumentado en los últimos años debido a factores climáticos extremos, fallas en la red eléctrica y emergencias imprevistas. La reciente interrupción del suministro eléctrico a nivel nacional dejó en evidencia lo vulnerables que pueden ser nuestros hogares ante este tipo de contingencias. ¿Estamos realmente preparados para enfrentar estos eventos sin que afecten nuestra calidad de vida?