El desarrollo aeroportuario en Chile sigue a paso firme, tras el inicio de las nuevas obras de remodelación del terminal 1 (T1) por parte de la concesionaria Nuevo Pudahuel.
Por: Renato Herrera Lagos
Hablamos de una inyección de inversión cercana a los US$60 millones, que la concesionaria Nuevo Pudahuel contempla asignar a las obras del sector de vuelos nacionales del (T1), con obras que se proyectan en los próximos dos años. Esta es la última etapa del proyecto de remodelación y ampliación del aeropuerto de Santiago.
Contemplando un retraso de varios años por restricciones impuestas por el Gobierno de turno, desde marzo de 2020 bajo la administración de Sebastián Piñera, donde se contemplaron desequilibrios económicos y desacuerdos con el Estado, por lo que los trabajos buscan cambiar la deteriorada carga de la terminal nacional.
En declaraciones con medios nacionales, el gerente general de Nuevo Pudahuel, François-Regis Le Miere, comentaba que “cerca del 60% de nuestros pasajeros vuelan por el Aeropuerto de Santiago en vuelos nacionales. Este proyecto brinda tecnologías de alto estándar, mayor comodidad y servicios para los viajeros en Chile. Nuestro objetivo es mejorar la experiencia de los pasajeros nacionales y ofrecemos este terminal como una infraestructura de alto estándar”.
Respecto a los detalles del proyecto, considera una mejora en la superficie de 131.766 m2 con la mejora de la sala de embarque de 17.334 m2 y el aumento de 22 a 42 posiciones de contacto (puentes de embarque o mangas). Asimismo, se busca transformar el sector del ala occidental de la terminal que antes era usada para vuelos internacionales y que ahora pasará a atender vuelos domésticos como el resto del edificio.
A la fecha, presenta un porcentaje importante de avance, incluso se puede ver los nuevos puentes de embarque instalados con pasarelas dobles para atender aviones de fuselaje ancho como los Boeing 787 que Latam opera en rutas domésticas a Isla de Pascua o Punta Arenas. Se espera que comience a funcionar en 2024. La segunda etapa se completará en 2025. Ahí se renovará la actual terminal nacional y se habilitará la pasarela en conexión con el terminal 2-F.
Esto permitirá la integración con la terminal 2 y el uso simultáneo del concourse (espigón D) para vuelos domésticos e internacionales, según la demanda. Cuando se complete, el aeropuerto dispondrá de más flexibilidad para atender los vuelos, especialmente de las tres líneas aéreas chilenas con operación doméstica e internacional (Latam, SKY y JetSMART).
La administración de Sebastián Piñera no representa un aporte para el desarrollo de la aviación y los aeropuertos de Chile. Por el contrario, las severas y adversas restricciones impuestas bajo su gestión, generan desequilibrios económicos a las concesionarias por la decisión política de detener el tráfico aéreo y con ello conflictos con el Estado, deteriorando la imagen para los inversionistas.
En la actualidad, la relación entre Nuevo Pudahuel y el MOP ha tenido significativos avances. Las conversaciones fluidas permiten llegar a un acuerdo que implica una compensación por alrededor de US$55,5 millones que se pagan en tres cuotas. La primera ya está pagada por el Estado. Las siguientes vencen en diciembre 2023 y en 2024, cada una tiene sus respectivos intereses. Nuevo Pudahuel exigió en su momento una cifra ampliamente superior por los daños que el propio Estado de Chile causó a la concesión por las restricciones colocadas. Se estima que la concesionaria conformada por Groupe ADP solicita más de US$150 millones. Una nueva oportunidad La renovación de la T1 no sólo representa un mejoramiento de la infraestructura y de los espacios.
Con un escenario más positivo tras los acuerdos y las obras en ejecución, se espera que los servicios a los usuarios y aspectos básicos como la limpieza mejoren significativamente en los próximos meses. La terminal nacional (T1) es la más afectada por las deficiencias, aunque algunas también se presentan en la nueva T2. La renovación también sugiere una ampliación de los locales comerciales y de comercio. Además, de nuevos espacios para los procesos críticos como control de seguridad y llegadas.
“La misión de Groupe ADP es fomentar los más altos estándares de servicio, desempeño y hospitalidad. Esta nueva inversión apunta precisamente a hacer realidad esta visión, para que los viajeros nacionales, los chilenos y los visitantes, puedan beneficiarse de ella”, dice Fernando Echegaray, director general de Groupe ADP.
El desarrollo aeroportuario en Chile sigue a paso firme, tras el inicio de las nuevas obras de remodelación del terminal 1 (T!) por parte de la concesionaria Nuevo Pudahuel.