“La flexibilidad en el espacio de trabajo se ha convertido en una herramienta clave para atraer y retener talento, especialmente entre las nuevas generaciones”, explican desde CBRE.
Por Leonardo Núñez
El modelo de trabajo híbrido ha dejado de ser una tendencia para convertirse en la norma en la mayoría de las organizaciones: el 92% de las empresas a nivel global ya opera bajo esquemas híbridos.
Según revela el nuevo informe Global Workplace & Occupancy Insights 2024-2025, elaborado por la consultora inmobiliaria CBRE, “esta transformación está impulsando un rediseño profundo de los espacios laborales, especialmente en Santiago”.
Las oficinas tradicionales, centradas en escritorios asignados y maximización de capacidad, están dando paso a entornos más colaborativos, flexibles y orientados a la experiencia del trabajador. En Santiago, este cambio se refleja en nuevas configuraciones espaciales que priorizan áreas comunes, terrazas, zonas de descanso, cowork, salas de bienestar y espacios para la interacción informal.
“La flexibilidad en el espacio de trabajo se ha convertido en una herramienta clave para atraer y retener talento, especialmente entre las nuevas generaciones”, explica Fabricio Rodríguez, senior project manager de CBRE. “Hoy, el entorno laboral debe responder a usos múltiples y cambiantes, integrando bienestar, tecnología y colaboración”.
Oficinas colaborativas y multifuncionales
El informe señala que, en promedio, los espacios compartidos han aumentado de un 12% a un 36%, mientras que los puestos fijos han disminuido del 83% al 55%. Esta redistribución espacial responde a una necesidad creciente de crear comunidad, fomentar el sentido de pertenencia y mejorar la experiencia diaria de los colaboradores.
Los nuevos diseños incorporan quiet rooms, zonas de wellness, cafeterías internas, salas de lactancia y hasta áreas exteriores habilitadas para trabajar, desdibujando los límites entre vida laboral y personal. La satisfacción de los empleados se posiciona hoy como una métrica clave de éxito organizacional, superando incluso a indicadores tradicionales como la densidad de ocupación.
Este nuevo enfoque está redefiniendo también el mercado inmobiliario corporativo en Santiago, con una demanda creciente por espacios más adaptables y mejor conectados con las necesidades humanas. CBRE recomienda que las empresas levanten encuestas internas para ajustar sus espacios a las expectativas reales de los equipos y generar entornos que motiven el retorno voluntario a la oficina.
Con el trabajo híbrido como estándar y una creciente valorización del bienestar laboral, el diseño de oficinas está dejando de ser una cuestión funcional para convertirse en un factor estratégico de cultura, productividad y retención de talento. En esa línea, Santiago se posiciona como un laboratorio vivo de esta transformación, con oficinas que ahora buscan inspirar tanto como operar.
La reconversión de oficinas avanza en Chile
La transformación del modelo laboral también está impulsando un proceso de reconversión de oficinas en Chile, especialmente en zonas de alta vacancia como el centro de Santiago. Según datos de CBRE y la Cámara Chilena de la Construcción, más de 150 mil m² de oficinas podrían destinarse a reconversión habitacional o uso mixto en los próximos dos años.
Proyectos piloto ya se están ejecutando en edificios emblemáticos, como la antigua torre Telefónica, con miras a convertir espacios subutilizados en departamentos, residencias para adultos mayores o centros de salud. Esta reconversión responde tanto a la caída sostenida en la demanda de oficinas tradicionales como a las nuevas políticas públicas que incentivan el uso mixto y la densificación equilibrada en sectores céntricos.
El mercado inmobiliario chileno atraviesa una fase de transformación. Mientras el sector residencial sigue afectado por tasas de interés altas y restricciones crediticias, oficinas y bodegas se ajustan para generar nuevas oportunidades.