“En vista de que las temperaturas globales continúan aumentando, se vuelve crucial que el país fortalezca su infraestructura ante estos cambios”, señala un análisis de JLL sobre los efectos de este fenómeno en el mercado inmobiliario de la región.
Por Leonardo Núñez
Debido a su dependencia de los recursos naturales y servicios ecosistémicos, sumado a las altas desigualdades y niveles de pobreza, América Latina y el Caribe (LAC) es una de las regiones más vulnerables al cambio climático en el mundo.
Así lo sostiene el último informe que la consultora JLL dedicó a los efectos de este fenómeno en el mercado inmobiliario de la región. En el documento se señala que “los eventos climáticos extremos (olas de calor, inundaciones, tormentas y sequías) están aumentando tanto en severidad como en ocurrencia”.
En ese escenario, las ciudades de Río de Janeiro y São Paulo son las más expuestas, seguidas de Ciudad de México y Guadalajara, Querétaro y Monterrey. “Estas ciudades tienen un alto riesgo climático debido a una combinación de factores geográficos, sociales y económicos”, explicó la directora de sustentabilidad de JLL, Luciana Arouca.
Otras urbe con alta exposición al riesgo son Lima y Buenos Aires. En una zona de menos riesgo, quedaron Santiago, Bogotá y Montevideo. En el caso de nuestro país, sin embargo, igualmente los datos son preocupantes.
“Chile ha experimentado, en los últimos años, fenómenos climáticos sin precedentes. El retroceso de los glaciares, que actúan como reservas de agua natural, y las variaciones en los patrones de lluvia están generando efectos devastadores en sectores clave como la agricultura y la producción hidroeléctrica (…) Este tipo de situaciones está causando una pérdida económica significativa y desplazamientos internos en busca de recursos básicos, como el agua”, detalla el análisis de JLL.
La consultora destaca que, aunque Chile ha avanzado en sus compromisos internacionales, incluyendo su participación en el Acuerdo de París, los desafíos de adaptación y mitigación son cada vez más apremiantes.
En vista de que las temperaturas globales continúan aumentando, se vuelve crucial que el país no solo continúe con sus esfuerzos de descarbonización, sino que también fortalezca su infraestructura ante estos cambios.
“La industria inmobiliaria chilena está en un momento crucial. Si no se toman medidas, los efectos del cambio climático se intensificarán, poniendo en riesgo no solo a la infraestructura del país, sino también el bienestar de su población”, recomiendan desde JLL Chile.
El informe insta a los actores del sector inmobiliario a incorporar la resiliencia climática en sus estrategias. Los propietarios pueden recurrir al uso de modelos de riesgo climático al invertir en activos inmobiliarios, evitando aquellos en zonas de alto riesgo. Además, se enfatiza la importancia de adaptar los edificios para resistir no solo eventos climáticos extremos, sino también las particularidades sísmicas del país.
Para los usuarios y ocupantes de estos inmuebles, la recomendación es colaborar activamente con los propietarios para implementar planes de contingencia ante emergencias climáticas y crear espacios que respondan a las necesidades de salud, bienestar e inclusión, especialmente en un contexto donde los eventos extremos son cada vez más frecuentes.
“En vista de que las temperaturas globales continúan aumentando, se vuelve crucial que el país fortalezca su infraestructura ante estos cambios”, señala un análisis de JLL sobre los efectos de este fenómeno en el mercado inmobiliario de la región. Por Leonardo Núñez Debido a su dependencia de los recursos naturales y servicios ecosistémicos, sumado a […]