
La transformación de la industria de la construcción no puede depender solo de avances tecnológicos, nuevas normativas o políticas públicas ambiciosas. Para que ese cambio sea real, sostenible y profundo, necesitamos un eje articulador que garantice visión de largo plazo, pensamiento crítico y generación de conocimiento. Ese eje es la academia.
Post estallido social, los inversionistas comenzamos a mirar más allá de nuestras fronteras. En ese horizonte aparecieron destinos que antes parecían inaccesibles, pero que hoy son parte del mercado de inversión inmobiliaria, como Estados Unidos, Panamá, o algunos países de Europa. Además, muchos optaron por ir a lugares poco conocidos o catalogados de exóticos.