Si quiere conocer más sobre la Independencia y su festividades de una manera más palpable, una alternativa es visitar estas construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo y que han sido testigos de distintos hechos históricos.
Por Leonardo Núñez
En los albores de la República, las celebraciones relacionadas con lo que hoy conocemos como Fiestas Patrias duraban días y se festejaban tres veces al año: 12 de febrero, 5 de abril, y 18 de septiembre. Con el paso de las décadas, esto fue cambiando, por motivos políticos y sociales, salvo la tradición de tomar chicha.
Las fiestas de antaño, eran “bravas”, suele contar el historiador Cristóbal García-Huidobro: “Se comía y se comía. Lo que no se tenía de carnaval lo tenías en Fiestas Patrias, entonces la gente aprovechaba de disfrutar porque además hay que pensar que en esa época la gente tenía muy pocas diversiones, entonces este era el momento del reventón y se celebraba”.
La viajera inglesa María Graham, en su libro de viajes sobre Chile, dejó un registro de cómo eran estas fiestas de primavera en 1822, donde la gente del bajo pueblo levantaban instalaciones con palos, paja y ramas de árbol. “(Parecían) gozar extraordinariamente en haraganear, comer buñuelos fritos en aceite y beber diversas clases de licores, especialmente chicha, al son de una música bastante agradable de arpa, guitarra, tamborín y triángulo, que acompañan las mujeres con canciones amorosas y patrióticas”, escribió.
Finalmente, bajo el Mandato del Presidente José Joaquín Prieto (1831 a 1841), se reunieron todas las festividades en una sola. Y, a partir de 1915, con la ley N° 2977, se consolidó el 18 de septiembre como Conmemoración de la Independencia Nacional y el día 19 como Celebración de las Glorias del Ejército.
Sin embargo, si quiere conocer más sobre la Independencia y su festividades de una manera más palpable, una alternativa es visitar las casas y edificios patrimoniales que han sobrevivido al paso del tiempo y que han sido testigos de distintos hechos históricos. Acá, le compartimos algunos de ellos.
La casona de O’Higgins: Bernardo O´Higgins, prócer de la Independencia que murió exiliado en Perú, vivió en muchas casas a lo largo de su vida. Una de ellas fue recientemente restaurada. Y se puede visitar. Se trata de la denominada Casa Santo Domingo, que tiene más de 300 años, y hoy es monumento histórico. Perteneció a María del Rosario Melchora Puga y Vidaurre, quien, a la edad de 21 años, se enamoró del prócer, en ese tiempo de 39 años. En 1818, vive con O´Higgins en la casona. Permaneció en ella hasta su muerte en 1854, ya enamorada de otra persona. En este hogar tuvo lugar varias fiestas y encuentros con personajes connotados de la historia chilena, que contaba con la participación de Bernardo y Rosario (dirección, Santo Domingo 623 – 627).
Lo Gandarillas: Casa que fue construida hacia 1795, pero luego sufrió importantes reformas. Perteneció al primer presidente de la República de Chile, Manuel Blanco Encalada. Actualmente es un parque municipal y centro cultural, rebautizada como Santa Rosa de Apoquindo. Está en Cristóbal Colón esquina Padre Hurtado, Las Condes.
Casa Colorada: En ella vivió Mateo de Toro y Zambrano, presidente de la Primera Junta de Gobierno. Fue levantada entre 1769 o 1779. Tiene dos pisos y su fachada de piedra. Restaurada varias veces por daños de terremotos, actualmente se la identifica como el Museo de Santiago (Merced 860).
Templo votivo de Maipú: El Santuario se ha convertido en un importante lugar de peregrinación que recibe a miles de personas cada semana y donde también se realizan eventos masivos religiosos y políticos. Es un verdadero museo in situ, pues en lugar donde se erigió se logró el triunfo frente al Ejército Realista. están los muros de la Capilla de la Victoria –la primera mandada a construir en 1818– y el Museo del Carmen, donde se exponen colecciones como las de pintura, mobiliario, objetos religiosos, textiles, carruajes y de documentos y reliquias pertenecientes a personajes históricos (El Carmen 1750, Maipú, Región Metropolitana).
Estación Central: Hoy el barrio donde se ubica no pasa por su mejores momentos, pero es un museo al aire libre digo de visitar. Fue protagonista de la migración campo-ciudad, dio origen a un barrio principalmente comercial, por muchos años fue la única gran puerta de entrada a Santiago y finalmente dio su nombre a la comuna donde se emplaza. Hoy, la Estación Central es el centro de la red ferroviaria que va desde la V a la X región, y uno de los puntos más populares del comercio en Santiago.
Cementerio General: Si quiere sorprender a sus hijos, visitar esta camposanto resulta toda una experiencia. Ingresar en su interior es casi como visitar una mini ciudad. Cuenta con calles, plazas y monumentos. Fue el primer cementerio público de Chile y el primero en ofrecer un crematorio (1965). El ex gobernante Bernardo O’Higgins lo inauguró en 1821. Entre de sus más de dos millones de personas sepultadas, se encuentras Presidentes de Chile, artistas, escritores, folckloristas, intelectuales (Profesor Zañartu 951, Recoleta, Región Metropolitana).
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