Me apasiona el arte, incluso el que pocos entienden como arte callejero o arte urbano, pero no me resulta conciliable el hecho de que dichos “artistas” o “libre pensadores”, se expresen causando daños materiales y económicos, y malestar a quiénes muchas veces en contra de su voluntad, resultan afectados en su propiedad privada y/o pública, con por ejemplo, lienzos de tal expresión humana.