Las inmobiliarias certificadas como Best Place to Live destacan por su impacto en la felicidad organizacional, según el reporte de Buk.
Por: Tomás Rodríguez Botto
Una tendencia clave en el sector inmobiliario señala que las inmobiliarias con clientes felices, también impactan en la convivencia organizacional, según un estudio de Best Place to Live y Buk.
De hecho, según el último reporte de Building Happiness de Buk, que promueve la medición de la felicidad de los colaboradores en el entorno laboral, señaló que las empresas inmobiliarias certificadas Best Place to Live, que basan su éxito en la satisfacción real de sus clientes, obtuvieron un 7% más en niveles de felicidad organizacional en comparación con el promedio del sector.
Es más, las inmobiliarias certificadas evidenciaron un desempeño superior en los cuatro pilares que mide el estudio: Bienestar (+5%), Compromiso (+5%), Valoración (+6%) y Sostenibilidad (+8%).
En ese sentido, Tomás Cartagena, CEO de TGA y Best Place to Live, destaca que el impacto de una certificación para el cliente es que “las personas conocen que una inmobiliaria certificada Best Place to Live pasó por un proceso de medición de la satisfacción, que para superar el estándar deben tener protocolos de trabajo y atención claros, que responden ante situaciones de post venta y que en general son proyectos con menos problemas, lo que conlleva a más calidad de vida”
Por su parte, Consuelo Gonzalez, jefa de Recursos Humanos de Deisa, empresa que ocupó el 8º lugar en la categoría de Empresas Pequeñas, señaló que “entendemos que el bienestar de nuestros trabajadores es fundamental para ofrecer un servicio de alta calidad a nuestros stakeholders. La certificación Best Place to Live impulsa a la empresa a mantener altos estándares en términos de ambiente de trabajo, desarrollo profesional y bienestar”.