
Contraer nupcias y la posibilidad de tener hijos los vuelve más riesgosos para los préstamos de la banca destinados a adquirir una vivienda.
Por Leonardo Núñez
El rápido encarecimiento del mercado inmobiliario en Corea del Sur está produciendo efectos sociales inesperados: cada vez más parejas recién casadas posponen el registro oficial de su matrimonio para no perder acceso a créditos y beneficios habitacionales reservados para personas solteras.
Según el diario japonés Nikkei, un 20% de los recién casados surcoreanos “finge seguir soltero” durante más de un año, retrasando el trámite civil como estrategia para sortear restricciones financieras.
La tendencia —bautizada por la prensa japonesa como la de los “solteros falsos”— responde a un fenómeno estructural: las políticas públicas y los requisitos bancarios penalizan a los matrimonios jóvenes. Es que a evaluación de los préstamos hipotecarios se realiza sobre la base del ingreso conjunto del hogar, lo que incrementa el riesgo crediticio y reduce la elegibilidad.
A ello se suma que los productos financieros de emergencia están disponibles para solteros con ingresos inferiores a 60 millones de wones, mientras que a los casados se les exige un umbral más alto, de 85 millones.
En un país donde el matrimonio ha sido tradicionalmente un pilar social, este cambio refleja el impacto de los precios inmobiliarios. El mismo medio detalló que el valor promedio de un departamento en Seúl supera los 1.400 millones de wones (US$ 950 mil), un récord histórico. Bajo las condiciones actuales, una pareja necesitaría 15 años de ahorro sin gastar un solo won para adquirir una vivienda, lo que incentiva mantener el estado civil sin registrar para no perder beneficios.
El retraso del registro civil no solo afecta a las parejas: también repercute en la inscripción de los hijos, lo que agrava la crisis demográfica del país. Nikkei advirtió que las sanciones económicas derivadas del matrimonio y la maternidad están empujando a muchas familias a postergar el reconocimiento legal de sus hijos, profundizando el descenso de la natalidad.
La situación ha tenido efectos visibles en la estadística nacional. En 2024 los nacimientos fuera del matrimonio alcanzaron los 14.000, equivalentes al 5,8% del total, superando por primera vez el umbral del 5%. Este aumento se interpreta como una consecuencia directa del retraso de inscripción entre parejas que se presentan como solteras para no perder beneficios.
Los medios japoneses compararon este comportamiento con los “divorcios simulados” registrados en China durante anteriores ciclos de alza inmobiliaria, cuando algunas parejas se separaban legalmente para dividir hogares y acceder a más propiedades. El fenómeno llevó entonces a regulaciones que prohibían comprar viviendas durante un periodo posterior al divorcio.