
El municipio de Dolton, en Illinois, se adjudicó la vivienda con la intención de convertirla en museo.
Por Leonardo Núñez
La modesta casa donde creció el actual Papa León XIV, en la periferia sur de Chicago, acaba de ser adquirida por el Ayuntamiento de Dolton por 375.000 dólares, un 70% por encima del valor que se estimaba hace unos meses.
Se trata de una vivienda de apenas 100 m², construida en 1949, que perteneció a la familia del cardenal Robert Francis Prevost, hoy cabeza de la Iglesia Católica y el primer estadounidense en asumir el pontificado.
El inmueble, ubicado en la pequeña localidad de Dolton (Illinois), había salido inicialmente al mercado en enero de 2025 con un precio de 219.000 dólares. Fue adquirido por un inversor por apenas 66.000 dólares antes de ser completamente remodelado.
En mayo, tras la elección de Prevost como Papa León XIV, el inmueble fue retirado y vuelto a ofrecer a través de una subasta, con una base de 250.000 dólares. Finalmente, fue el propio municipio el que cerró la operación por 375.000 dólares, muy por encima del valor promedio de las viviendas en la zona, que ronda los 177.000 dólares según el portal Redfin.
Efecto Papa
La intención de las autoridades de Dolton es convertir la propiedad en un museo junto con la Arquidiócesis de Chicago, reconociendo su nuevo valor histórico y cultural. “Posea un trozo sagrado de la Historia”, rezaba el anuncio de la subasta, que convirtió lo que hasta hace poco era una vivienda común de tres dormitorios y dos baños, en un bien cargado de simbolismo religioso, según informa Bloomberg.
La casa de infancia del Papa fue hogar de la familia Prevost durante varias décadas, aunque esta se trasladó hace más de 30 años. Pese a que las autoridades llegaron a contemplar la expropiación como mecanismo para proteger el inmueble, finalmente se concretó la compra mediante un acuerdo directo con el propietario, quien vio multiplicado varias veces el valor de su inversión.
La elección de Robert Francis Prevost como líder de la Iglesia Católica en mayo de 2025 no solo marcó un hito eclesiástico, sino también un impacto inmobiliario. Este fenómeno, conocido como “efecto Papa”, ha hecho que el valor simbólico de ciertos bienes vinculados a su vida personal se dispare en el mercado, transformando una vivienda común en un bien de interés patrimonial.
La decisión de convertir la casa en museo busca también revitalizar la comunidad local de Dolton, un suburbio históricamente marcado por la desinversión. Según el alcalde, la propiedad será un nuevo punto de atracción cultural y espiritual para la zona: “Este no es sólo un acto simbólico, sino una inversión en nuestra historia y en el futuro de Dolton”.
Por ahora, la residencia permanece cerrada al público mientras se coordina su traspaso formal y se trabaja en un plan museográfico junto a la Iglesia.