En el negocio inmobiliario y en la construcción, la administración de proyectos significa riegos constantes en que se pone mucho en juego cada día, pues basta un solo juicio para hacer peligrar algo más que el proyecto en curso, sino también a la empresa, tales como la reducción del flujo de caja y los beneficios y, en el peor de los casos, poniendo en peligro la reputación (sin mencionar la propia responsabilidad de sus directivos).