Algunos proyectos ya están tomando en cuenta estas variables y se adelantan a una tendencia que llegará para quedarse.
Por: Renato Herrera Lagos
En la actualidad, existen aspectos relevantes en la industria inmobiliaria ligados al mercado de oficinas y departamentos, donde las nuevas tendencias permiten la flexibilidad de los espacios interiores y comunes, la amplitud de los mismos y su equipamiento que permita hacer un uso más eficiente de ellos para diferentes instancias, desde reuniones, planificaciones, hasta momentos de descanso y encuentro.
Según Pablo Allard, decano de la Facultad Arquitectura de la Universidad del Desarrollo (UDD) y socio de Allard&Partners, en la actualidad existen tres tendencias respecto al uso del hall principal, asociadas a la seguridad, tecnología y activación de estos espacios.
“En cuanto a seguridad, cada vez se están incorporando elementos que garanticen el debido control de acceso e identificación de las personas que ingresan a los edificios. Esto se hace tanto con medidas físicas de diseño, como la incorporación de barreras naturales como jardineras, bolardos o esculturas que actúan como disipadores de flujos masivos de personas o eventuales “alunizajes” con vehículos o atentados”, dice Allard.
Asimismo, el profesional comenta que, “Esto viene acompañado de avances tecnológicos en cuanto a control de identidad biométrico, identificación remota por reconocimiento facial y mucha automatización en el proceso de identificación, acceso y ascensores. Finalmente, la idea de activar los halls de los edificios de oficina tiene que ver con que dejen de tener esa apariencia fría y corporativa e incluyan espacios de interacción urbana más relajados como cafés, restaurantes, co-works e incluso pequeños mercados Gourmet. En este último punto juega un rol importante el diseño del espacio urbano en el entorno del edificio, de manera que se integre mejor con el nivel de la calle y deje espacios de encuentro para aquellos usuarios del edificio que fuman y deben salir del edificio para ello”, explicó Allard.
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El académico asimismo recordó que “antiguamente, el hall de acceso eran un espacio monumental que en muchos casos se transformaban en la cara visible de la empresa o principal destinatario del edificio. Así vemos como en los años 30 y hasta los 50 los halls incluían revestimientos de mármol o piedra, y puertas de bronce o fierro forjado como aún se aprecia en algunos edificios del centro. En los ochentas este espacio comenzó a reducirse o hacerse más funcional, con mayor control de seguridad y la incorporación de arte de gran escala en aquellos edificios de mayor tamaño, mientras que en el último tiempo se han abierto a actividades complementarias a las oficinas como comercio, servicios o lugares de encuentro como cafés o cowork”.
La mirada de la industria es fundamental para entender todos estos procesos o tendencias que me masifican año tras año. Matías Vicuña, gerente del proyecto La Dehesa Work Plaza, explicó que “en esta nueva etapa de la industria de oficinas, los espacios amplios y flexibles están marcando la principal tendencia. En este contexto, el hall de acceso es uno de los espacios de mayor impacto y es concebido para ofrecer a los usuarios áreas interiores comunes diseñadas para albergar situaciones de reunión, de trabajo, de estadía y de descanso en forma simultánea. Por lo mismo, el hall de acceso principal se transforma hoy en un espacio útil y versátil gracias a su gran tamaño, ambientación y equipamiento, lo que permite cumplir con los objetivos de flexibilidad y uso permanente para las personas que visitan o hacen uso de las oficinas del propio proyecto.”
Según Vicuña, para las propuestas arquitectónicas se deben evidenciar algunos elementos predominantes y muy importantes para el desarrollo de las actividades propias de una oficina. “En primer lugar, la sensación de amplitud gracias a la iluminación natural otorgada por un gran patio inglés que recorre en todo el largo del hall de acceso y lobby. En segundo lugar, una propuesta de iluminación que además de entregar una respuesta técnica, se definió bajo la idea de distintas escenas que se materializan con luminarias de baja altura que forman parte de la decoración, con un rol muy importante en la creación de ambientes”.
“Uno de los aspectos relevantes que deben considerar hoy los espacios comunes y hall de entradas de los proyectos, tiene que ver con su capacidad de convertirse en complementos de las oficinas que existen en el edificio. En pocas palabras, que el lobby se transforme en una extensión natural de tu oficina. Así, por ejemplo, una persona podría reunirse en un entorno más relajado, cómodo y distendido con un cliente y proveedor, sin tener necesidad de usar un espacio de oficina tradicional o sala de reuniones”, explicó el ejecutivo.