Además de impulsar importantes desarrollos en el sector de los bienes raíces, ha sido propietario de importantes clubes deportivos de alta competencia. Y tiene una conexión con Chile.
Por Leonardo Nuñez
TikTok no estaba a la venta. Pero el Gobierno de Estados Unidos amenazó con prohibir la red social si su empresa matriz, la firma china ByteDance, no la vendía a una nueva compañía que no fuera del país asiático.
Y como el proceso se aceleró luego de que el Congreso aprobara una legislación que está forzando la transacción, con el argumento de que se buscaba evitar el espionaje por el acceso a millones de datos personales, aparecieron varios interesados. Entre ellos, Frank McCourt, un magnate que consolidó su fortuna con importantes inversiones inmobiliarias y en clubes de alta competencia, como Los Angeles Dodgers y el Olympique de Marsella.
Famoso por su filantropía y férrea defensa de la protección de los datos personales, el empresario de 71 años también tiene una conexión con Chile. Según un perfil de la revista Business Wire, McCourt cuenta con una plataforma de inversión privada con más de US$1.000 millones en capital permanente (McCourt Partners).
Previo a darle forma al sumar importantes socios, con este vehículo inversor se dedicó al desarrollo de bienes raíces, con proyectos residenciales y de infraestructura en Nueva York, Londres, Miami y Austin, por más de 511.000 metros cuadrados.
Consolidado como un líder de negocios de cuarta generación con raíces familiares en el sector inmobiliario y la construcción que datan de 1893, entre sus mayores logros está el desarrollo del puerto de Boston, junto con la concreción de grandes desarrollos inmobiliarios de uso mixto en los EE.UU. y en el extranjero. Hoy sus propiedades incluyen un grupo de edificios en el exclusivo Distrito de Diseño de Dallas y participaciones en bienes raíces comerciales y residenciales adicionales en California, Texas y Londres (McCourt Global vendió una participación en un desarrollo de Miami por 363 millones de dólares en 2022).
Su interés por adquirir TokTok nace, según ha señalado, en el marco de su preocupación por el estado actual de la democracia y el capitalismo. Y apunta a las redes sociales como responsables de la polarización y la pérdida de confianza en las instituciones. Por ello, ha invertido recursos en buscar soluciones a este problema global.
Su conexión con Chile
El mismo ha señalado que no usa Facebook, ni X (ex Twitter), ni otras redes sociales. Pero le molesta que sus datos personales estén en manos de las grandes corporaciones que concentran el poder en Internet y, por lo mismo, creó la plataforma Unfinished Media & Network. Con ésta busca combatir el modelo de negocio de las “big tech” y recuperar los datos de los usuarios a través de un nuevo protocolo que utilice blockchain.
Bajo es premisa, en 2018, se asesoró con la periodista chilena Paula Recart, quien estaba radicada en Estados Unidos. La profesional formaba parte de una organización social a la cual el empresario contribuía como donante. Le habían hablado de Recart y pidió conocerla, relató la chilena al Diario Financiero: “En vez de encontrarme con el arquetipo de un billonario avasallador o arrogante, me encontré con un hombre respetuoso, generoso, comprometido y –hasta el día de hoy– un gran compañero de aventuras que van desde el futbol hasta blockchain”.
“En una de las primeras reuniones internas, para graficar un tipo de estrategia de network, les mostré como analogía el proyecto ALMA y hasta los hice viajar por el desierto de Atacama a través de imágenes. Así que le debo a Chile hasta mi primer powerpoint para Unfinished”, recordó la periodista y actual presidenta de Unfinished Media & Network.
La plataforma funciona como una mesa de trabajo que incluye a organizaciones como Ashoka, Ford Foundation, The Aspen Institute, Georgetown University y The Shed. En tanto, Project Liberty, también iniciativa de Unfinished, busca construir una nueva arquitectura para internet, terminando con el actual modelo de negocios de las redes sociales basado en la extracción de datos de los usuarios.
“Tenemos que romper el modelo o evolucionarlo hacia uno en el que devuelva el control, la agencia, la elección, la propiedad y los derechos a los individuos”, dijo McCourt a Forbes en noviembre. El tiempo dirá si logra materializar este nuevo proyecto con el mismo éxito que ha tenido, en el mundo real, en el sector del desarrollo inmobiliario.