Por: Nicole Solé, Arquitecta y Magíster en Planificación Urbana UPC. Gerente general Inmobiliaria Exxacon.
Si bien se suele catalogar el negocio inmobiliario y de la construcción como un rubro masculino, dado su carácter intrínseco de ser una industria de relaciones de poder y fuerza, poco a poco, la mujer ha logrado involucrarse y ganar su espacio para trascender.
¿En qué ámbitos me refiero a que trasciende? Principalmente en los roles donde se debe desarrollar el diseño y sostenibilidad de los proyectos, aportando gracias a la sensibilidad del hemisferio derecho, la capacidad de entregar una visión más amplia, analítica y humana del proceso completo.
Claros ejemplos de esto es que hoy podemos encontrar en la Gerencia General de la CChC a su líder Paula Urenda, y en la candidatura de la primera mujer a la presidencia de la Sofofa este 2023, a Rosario Navarro. Estas figuras potentes y otras tantas más, están a la cabeza de empresas inmobiliarias y del sector de la construcción, lo que refleja empíricamente lo que en el mercado global está pasando.
Así, de acuerdo a una medición de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) presentada a fines del año pasado, a 21% ascendió la participación de mujeres en las empresas socias encuestadas, un incremento de casi 10 puntos porcentuales en comparación al 2016. Por su parte, en los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se estableció un promedio de participación de 8,5 % en los últimos años a nivel general y en el sector inmobiliario esta cifra asciende a más de 30%.
Esa sensibilidad que destaco y que está relacionada con el hemisferio derecho del cerebro, lado que las mujeres generalmente tenemos más desarrollado, es justamente el que debemos potenciar y no como se creía antiguamente, esconder. Nosotras no debemos parecernos a nuestros pares del sexo opuesto, sino muy por el contrario, debemos complementarnos para establecer nuevas rutas para el liderazgo compartido e integrado.
¿Dónde se marca la diferencia? Lo que pasa es que este hemisferio está conectado con la imaginación, el pensamiento holístico, la intuición, las artes, el ritmo, las señales no verbales, la visualización de los sentimientos y la capacidad de soñar despierto, que parecieran no tener mayor significancia en el rubro, pero la verdad es es que cuando hablamos de espacios habitables, se marca evidentemente el valor agregado que aporta esta cualidad femenina.
Si bien las mujeres aún debemos sortear una amplia brecha a nivel global en cuanto a equidad de género en el mundo empresarial, creo que hoy ser mujer es una oportunidad, puesto que en general, contamos con habilidades blandas e innatas para armar equipos, aunar esfuerzos en pro de una meta, impulsar la creatividad y una gran capacidad para relacionarnos y comprometernos.
Dicho todo lo anterior, creo que la industria inmobiliaria debería avanzar más rápido para terminar con las brechas donde separa los géneros de forma jerárquica, en cuanto a sueldos y posibilidades de liderazgo, ya que darle más espacio y visibilidad a las profesionales del sector, logrará romper las barreras y desarrollar nuevas lógicas de espacios habitables, hogares, comercio y oficinas, para amplificar todo el potencial de la vida de las personas y otorgarles más calidad de vida, gracias a la escucha activa de los requerimientos de nuestros clientes.
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