
Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios Cohlers + Partners
Mucho se ha dicho respecto de la entrada en vigencia de la nueva jornada laboral. En la construcción, dada su especial naturaleza, implementar esta ley implica ajustes importantes y otros cambios en el marco de la flexibilidad laboral.
La reducción de la jornada laboral se aplica a todos los trabajadores cuya relación laboral esté regulada por el Código del Trabajo y, se debe realizar de común acuerdo, entre las partes o a través de las organizaciones sindicales, pero ¿qué sucede con los jornaleros de la construcción en Chile?.
Ellos ejecutan tareas de apoyo a cada una de las actividades desarrolladas o especialidades en un proceso constructivo, pero sus contratos, normalmente por obra o faena, no siempre son tal, pues generalmente implican la realización de labores o servicios de carácter permanente y que, como tales, no cesan o concluyen conforme a su naturaleza.
Suelen, también, trabajar en turnos y con horarios variables, pudiendo verse afectados significativamente por esta Ley. Aunque la implementación gradual de la ley permitirá a las empresas adaptarse a los nuevos horarios, los jornaleros pueden enfrentar desafíos para ajustarse a la nueva realidad laboral.
Ellos gozan de los mismos derechos laborales que otros trabajadores, con algunas consideraciones especiales por la naturaleza de su trabajo. La Ley de las 40 Horas les brinda nuevos beneficios para mejorar sus condiciones laborales, como mayor flexibilidad y tiempo libre, mejora en la productividad y competitividad, flexibilidad en la distribución de las horas, mayor descanso efectivo, lo que impacta en la planificación y ejecución de proyectos.
Por tanto, las empresas constructoras deben adaptarse a la nueva normativa y ajustar sus procesos para cumplir con la ley. Esto implica cambios en la organización del trabajo, la productividad y la gestión de recursos humanos, debiendo considerar estrategias para mantener la productividad y la eficiencia laboral, pues la reducción de la jornada puede afectar negativamente la capacidad de trabajo.
Finalmente, aunque hay desafíos, también hay oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar la productividad de las empresas.