Por: Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario, Ingeniero Comercial, Magister en Administración de Empresas de IEDE y Master de Administración de Empresas en la Universidad de LLeida
El Gobierno español ha anunciado su intención de eliminar la llamada “Golden Visa” para la compra de propiedades. Una medida que ha generado tanto expectación como escepticismo en el sector inmobiliario: ¿Cuáles serían las implicancias de esta decisión y sus reales efectos para el mercado en España?
Recapitulemos un poco. La “Golden Visa” fue implementada hace más de una década y permitía a las personas residir en España junto a toda su familia. Se podía obtener al poseer instrumentos financieros por un millón de euros, al invertir al menos dos millones de euros en deuda del Estado o al comprar una vivienda valorada en al menos, 500.000 euros. Es esta última alternativa la que se busca eliminar.
En el ámbito inmobiliario, prometía ser la panacea para el déficit habitacional y la estabilización de precios en las principales urbes españolas, pero la realidad ha demostrado ser bastante diferente. Con aproximadamente 5.000 visas otorgadas en 10 años, por compra de propiedades, el impacto en el equilibrio del mercado ha sido, en el mejor de los casos, marginal.
Es innegable que los precios de la vivienda y los alquileres en ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, siguen presionados al alza, mientras el déficit habitacional persiste, pero atribuir esta situación a la Golden Visa sería, cuanto menos, una simplificación excesiva. Las 5 mil propiedades adquiridas bajo este esquema, difícilmente pueden considerarse la causa principal de la crisis de vivienda que enfrenta España.
La retórica política actual, centrada en el control migratorio, parece ser el verdadero motor detrás de esta medida. Sin embargo, es importante cuestionar si la eliminación de la Golden Visa para propiedades, realmente abordará los problemas fundamentales del mercado inmobiliario español o si simplemente es un gesto simbólico con escaso impacto real.
Para los inversores latinoamericanos, y particularmente para los chilenos, el efecto directo de esta medida podría parecer limitado. Después de todo, solo un 5% de estas visas se han otorgado a ciudadanos de América Latina. No obstante, la pérdida de esta vía de inversión cierra una puerta a quiénes buscaban no solo rendimientos atractivos, sino también, la facilidad de invertir en una nación con un idioma común y las posibilidades de desplazamiento dentro de otros países de Europa.
En definitiva, la eliminación de la Golden Visa para propiedades parece ser más un movimiento político que una solución efectiva para los desafíos del mercado inmobiliario español. Mientras los gobiernos continúen enfocándose en medidas superficiales en lugar de abordar los problemas estructurales de vivienda y desarrollo urbano, es poco probable que veamos cambios significativos en la accesibilidad de la vivienda en España.
En el mundo ideal, lo importante sería generar reformas sustanciales que beneficien tanto a inversores como a residentes por igual.
