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Beatriz Mella, directora de Ciudhad: “Creo que el valor de la planificación no es algo que se impone desde el Gobierno central”.

En entrevista con la directora del nuevo centro Ciudhad de la Universidad Andrés Bello, revisamos la situación respecto al presupuesto para vivienda social, su mirada sobre el déficit de vivienda social y pinceladas sobre lo que debiera ser la planificación de la ciudad en Chile. 

Por: Renato Herrera Lagos

Beatriz Mella (34 años), es arquitecta con Maestría en Desarrollo Urbano de la PUC y PhD en Estudios de Planificación por Bartlett School of Planning de la University College de Londres. Hoy su cargo es de directora en el nuevo centro Ciudhad de la Universidad Andrés Bellos, además de investigadora postdoctoral en el BRT+Center of Excellence en el Departamento de Ingeniería en Transportes de la Pontificia Universidad Católica de Chile. 

De cara a las últimas noticias en el sector inmobiliario, donde el presupuesto se tomó buena parte de la agenda, es enfática en establecer: “cuando uno habla de lo importante que es la vivienda y de lo urgente que es poder abastecer de vivienda, sobre todo a los que están hoy día, habiendo postulado a fondos, familias que se encuentran en estado de espera de una vivienda, familias allegadas o compartiendo su casa con otras personas cuando hablamos de un 5% en presupuesto, nos parece bien poco”. Analizamos con ella todo el panorama contingente. 

¿Cuál es tu opinión respecto al Presupuesto para Vivienda Social impulsado por el Gobierno?

Creo que más allá del presupuesto, lo importante es plantearse la pregunta de cuán urgente es dentro de las prioridades del Gobierno el proveer de acceso a la vivienda, y eso tiene que ver con varias cosas. Veo un panorama bastante complejo, porque si bien están los subsidios, el Plan de Emergencia Habitacional, lo que considera son una serie de mecanismos donde los subsidios de acceso a la vivienda están diversificados y por lo tanto, el DS49, el DS19, y así otros tipos de subsidios, están en la mayoría del gasto del Presupuesto del Plan de Emergencia Habitacional.

¿Dónde deberían estar los otros focos en la cartera del ministro Montes?

 Además de las consideraciones presupuestarias, debe existir un plan que implique la coordinación con otros actores que son súper relevantes, para poder abastecer de la oferta de vivienda que se necesita para que las familias puedan optar a ellas. Muchas veces es lo que pasa y lo que ha pasado en años anteriores, y no solamente al Gobierno actual, es que las familias no tiene muchas opciones de postulación a proyectos de viviendas, ya que si bien existe un stock de vivienda, este tiene un valor muy por sobre los subsidios que puede entregar el Estado. 

¿Podemos decir que existe una planificación que no aborda la problemática global del subsidio habitacional?

Los subsidios que puede entregar el Estado tienen un máximo, las viviendas que quedan disponibles por ese máximo o no están bien ubicadas o no cumplen con los estándares que estas familias necesitan. Yo creo que el tema del presupuesto efectivamente es muy relevante, especialmente cuando se está hablando de los mecanismos que permiten el acceso de las familias a estos proyectos inmobiliarios, y creo que existe una urgencia muy importante, de cómo el tema de la vivienda se transforma en una urgencia. 

¿Cómo analizas el mensaje del Gobierno? ¿Crees que los subsidios son la respuesta a la necesidad de las personas?

Así como existe el Plan de Emergencia Habitacional, este plan comienza a ocupar la agenda pública de una manera significativa en la prensa, en los discursos, en los mecanismos que se empiezan a levantar para hablar no solamente de los presupuestos involucrados para aumentar la oferta de estas viviendas o su acceso, sino que también, procesos en que se pueden generar más viviendas a un precio razonable donde puedan efectivamente servir los subsidios que se están prestando. 

¿Por qué crees que la actual administración no consideró dentro de las 260 mil viviendas sociales las del Gobierno anterior?

Creo que esa es una discusión de casuística, porque evidentemente 260 mil viviendas no resuelve el déficit total de viviendas sociales, entonces, de aquí y hasta que termine este Gobierno vamos a tener en el mejor de los casos, una reducción del déficit de viviendas que aún no va a ser suficiente para hablar de que estamos superando las inequidades relacionadas al acceso de la viviendas y al derecho de la vivienda. 

¿Cuáles son los actores que deberían trabajar en el tema de la vivienda en Chile? 

Creo que acá existe un tema que tiene que ver no solamente la provisión de los mecanismos para asegurar el presupuesto relativo a los subsidios de vivienda, sino que también, debiera haber un trabajo intenso con el sector privado, que en este minuto el sector de la construcción se encuentra pasando una serie de crisis que no necesariamente responde a la crisis de la vivienda, porque eso sería lo mejor que le podría pasar. 

¿Cuál debe ser la prioridad de los responsables en otorgar vivienda de calidad a las personas?

Qué todo el stock de viviendas existentes pudiera abastecer a ese déficit, ahí la ecuación funciona perfectamente. Existe un sector privado que también está sufriendo las consecuencias de varios temas mucho más macroeconómicos, que están más allá del ejercicio y de los intereses de este Gobierno, que tienen que ver con problemas macroeconómicos a nivel global.

¿Cuánto afecta el tema económico para el trabajo que desarrolla el MINVU?

Tiene que ver con la falta de materiales, con el precio de ciertos materiales y/o con el precio de ciertas economías. Por otro lado, está siendo presionado por temas de industria que tiene que ver con la innovación y las tecnologías, que están relacionadas al ámbito de la construcción y que debieran ser incorporadas en los procesos de planificación y de proyección de la construcción, por lo menos en este contexto latinoamericano y particularmente en el contexto chileno. 

¿Qué opinión tienes de la nueva lógica en la construcción en madera para paliar el déficit habitacional?

Existen nuevas innovaciones que hoy en día la industria privada se está abriendo a procesos constructivos y también de materialidades para el uso de  la vivienda, que son relevantes para armar nuevas innovaciones y nuevas industrias a nivel regional, y con esto, me refiero a nivel latinoamericano. 

¿Las autoridades deberían pensar este tipo de construcción para trabajar el déficit habitacional en Chile?

Yo creo que esto es importante de reforzar desde el aparato público. Si te fijas, hoy en día existe un sobre stock de viviendas y existe un déficit habitacional, entonces ahí está el desbalance a la hora de decir, existe una sobreoferta de viviendas que están por sobre las persona de menos recursos pueden llegar a optar a pesar de la existencia de los subsidios. Creo que este problema del déficit de la vivienda no se resuelve solamente con el aumento del presupuesto, a pesar de que es muy importante, para la entrega de los subsidios habitacionales. 

¿Cómo se podría mejorar la manera como se accede a la vivienda social?

Debe existir un trabajo mancomunado y consensuado con el sector privado, con la sociedad civil, ya que hay que favorecer los canales para que las personas que están optando  a esta vivienda. En la actualidad no existe, por ejemplo, un registro social en el fondo, una priorización o un entendimiento de los tipos y tipologías familiares a las que se están optando. Entonces, yo creo que son varios procesos paralelos donde estoy segura que el Ministerio está trabajando y que no refieren únicamente al presupuesto.

¿Cuán prioritario es este tema de la provisión de vivienda y cual es el rol de importancia es el habitacional?

Creo que no hay probablemente una prioridad, como uno que está trabajando en los temas de ciudad, en los temas de acceso a la vivienda y de calidad de vida de las personas y uno dijera, acá hay una prioridad por sobre varios de los otros temas. 

¿Cómo analizas la conciencia en la planificación urbana desde el Gobierno central en una ciudad como Santiago?

Creo que hay absoluta conciencia. Existe gente muy capacitada trabajando en el Gobierno, al menos en el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y creo, que el valor de la planificación no es algo que se impone desde el Gobierno central, es algo que tiene que ver con procesos de toma de decisiones, de priorización como te decía anteriormente, de asignación de presupuestos y de traer a colación a los distintos actores que conforman la ciudad. 

¿Cuáles son los otros factores que se deben pensar en pro de una ciudad más planificada?

En los procesos de planificación también es importante entender que la planificación de una ciudad responde a distintas escalas territoriales y, por eso, es tan importante empoderar a los gobiernos locales y a los municipios, de poder resolver estas problemáticas relacionadas a los temas de vivienda y traer a colación a los gobiernos regionales que, por lo general, tienes las potestades para crear proyectos que permite mejorar la calidad de vida en distintas dimensiones, entonces que acompañen los proceso, por ejemplo, de provisión de vivienda, de equipamientos y servicios, de generación de movilidad y conectividad. Entonces, cada una de las escalas se hacen responsables de los procesos de planificación en los territorios y de esa manera se avanza en la planificación urbana. No es un mandato ni una regla. 

¿Qué otro aspecto positivo o negativo destacaría de la labor del actual MINVU?

Creo que el Ministerio tiene la obligación de poner el tema del déficit de la vivienda y de la urgencia de la planificación de las ciudades para la calidad de vida de las personas como una agenda prioritaria a nivel nacional. Debe haber un relato y una narrativa en torno a cuán importante es esto para los que tengan que aprobar presupuestos, como para los que deban ser parte de estos procesos de participación y de generación de planificación urbana, para que estén suficientemente conscientes de la importancia de estos temas. 

¿Cómo sería para usted la ciudad ideal?

La ciudad ideal tiene que ver con una ciudad que se planifica, se ejecuta y se desarrolla en torno al consenso, a los acuerdos por la calidad de vida para las personas que la habitan, eso quiere decir, poner todas las voluntades desde las distintas agencias humanas que configuran la ciudad: sector público, privado y sociedad civil, en torno a cómo construimos mejores ciudades y que sean más equitativas y tengan mejor calidad de vida para las personas.

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