El espacio promedio de las propiedades en el país ha alcanzado su nivel más bajo en 30 años, lo que desmotiva la planificación familiar.
Por Leonardo Núñez
El tamaño mínimo aceptable de una vivienda es un tema que ha preocupado a países con distintos niveles de riqueza y por diferentes motivos. En el caso de Japón los expertos han alertado sobre la reducción de los metros cuadrados de las propiedades por su incidencia en la baja natalidad del país, la cual se encuentra en mínimos históricos.
A modo de ejemplo, en los 11 primeros meses de 2024, por primera vez en más de un siglo, la cantidad de bebés nacidos en la nación asiática cayó por debajo de los 700.000. En la década de 1970, esa cifra superaba los dos millones. El ex Primer Ministro, Fumio Kishida, dijo que su país estaba al borde de no poder funcionar como sociedad por esta situación.
Por ello, los expertos han alertado que uno de los motivos que podría agravar el problema es la reducción de los espacios habitables, los cuales son esenciales para la planificación familiar. De acuerdo a datos oficiales que se realizan cada 5 años, el espacio promedio de las viviendas en Japón ha alcanzado su nivel más bajo en 30 años, con un promedio de 92 metros cuadrados en 2023.
Según un análisis del portal Nikkei, el aumento en los costos de construcción se ha disparado un 30% desde 2015 en el país. Éste es el principal impulsor de esta reducción de espacio. Para mantener los precios accesibles y proteger los márgenes de ganancia, las constructores están reduciendo las dimensiones de las viviendas, en una práctica conocida como “incremento de precio oculto”.
Además, los precios del suelo en zonas residenciales populares también están en alza, lo que agrava un poco más la situación. Este encarecimiento ha bajado la demanda de viviendas personalizadas, más amplias y costosas, en favor de unidades más pequeñas y económicas.
El reducido espacio habitable y la imposibilidad de adquirir viviendas más grandes disuaden a las parejas jóvenes de, por ejemplo, formar familias, exacerbando la ya preocupante caída en la tasa de natalidad.
Qué pasa en Chile
En el caso de nuestro país, el modelo de vivienda social actual empezó en la década de 1980. Hasta 1985, el mínimo era 37 m2. Con los años, se fue incrementando. Hasta el 2010, la norma pedía como mínimo 50 m2 y hoy, por exigencia legal de Serviu, el tamaño debe ser de 55 m2. Distinto proyectos de ley han planteado que la vivienda económica y la vivienda social no podrá tener una superficie mínima edificada inferior a los 56 metros cuadrados, debiendo ampliarse en 10 metros cuadrados por cada habitante adicional, superior a tres.
Por lo mismo, expertos del área sostienen que mientras las viviendas sociales aumentan su tamaño, las del sector privado disminuyen, y ponen como ejemplo los denominados guetos verticales de Estación Central, donde existen departamentos de 17 metros cuadrados.