Dafne Lazcano, mamá de tres hijos, hoy está feliz con su vivienda provisoria. A su hermana, sin embargo, le tocó una casa que se llovió; mientras que sus padres debieron dormir en carpa por mucho tiempo. “Hay muchas lecciones que aprender”, dice.
Por: Leonardo Núñez
“En el incendió de febrero todo mi grupo familiar perdió sus casas. Mi papá, mi hermana y yo quedamos durmiendo en carpas. Esa noche con mis niños descalzos arrancamos en el furgón; todo lo demás, mi emprendimiento de repostería, la ropa, nuestras cosas, fue destruido por el fuego”.
Pese a este dramático recuerdo. Y a la “rabia” que siente tras conocerse la detención de dos de los autores materiales de los incendios de febrero en la Región de Valparaíso, Dafne Lazcano dice que hoy está feliz y más tranquila.
La razón es que puede almorzar con sus tres hijos, de 8, 10 y 18 años, en una mesa y bajo la protección de un techo. Fue una de las beneficiadas con las viviendas sociales de emergencia, en el marco de un proceso que conoce a la perfección y del que puede hablar con propiedad respecto de sus dispares resultados.
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Como se sabe, a más de tres meses de los incendios ocurridos en Viña del Mar y Quilpué, que dejaron 134 fallecidos y siete mil casas con distintos niveles de afectación, sigue pendiente la entrega de viviendas de emergencia por parte del Ministerio del Interior, a través del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred). Si bien la cifra de entrega crece día a día, también hay familias que han rechazado más de 1.200 soluciones por distintos motivos.
Dafne Lazcano lo grafica de esta manera: “A mí me tocó recibir una casa de gran calidad, que la empresa a cargo (TWH) levantó en mi antiguo terreno de Quilpué. Mi papá, que es adulto mayor también recibió una casa de calidad. Aunque se demoraron demasiado en su caso. No se tomó en cuenta su edad y problemas a la espalda; debió ser prioridad, ya que era muy difícil para él dormir en una carpa. A mi hermana, lamentablemente, le tocó una vivienda a la que se le pasó el agua con las últimas lluvias, le entró viento y la instalación eléctrica no quedó bien, solo se ven cables rojos”, señala.
Según el gobierno, los rechazos tienen diversos motivos, entre ellos está el interés de los damnificados de acelerar el proceso mediante la autoconstrucción o por la idea errónea de que el beneficio es incompatible con el acceso a los bonos de Recuperación (de enseres) o de Acogida; éste último les permite arrendar una propiedad o pagar a algún pariente por recibirlos en sus hogares.
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Felix Escudero, uno de los fundadores de la empresa de casas industriales TWH, que tras los incendios de febrero ha levantado más de 40 viviendas de emergencia en Quilpué, Playa Ancha y Achupallas, coincide en que las casas de emergencia son rechazadas por diferentes motivos.
En el caso de las viviendas industrializadas que su empresa ha instalado, hay factores que los damnificados valoran, como la calidad de sus materiales y el cuidado que han puesto cuando llega el momento de iniciar las obras en terreno, fruto de su experiencia de 5 años prestando este tipo de soluciones habitacionales frente a estas emergencias.
“Son casas industrializadas, con un material que funciona mejor térmicamente frente a lo que habitualmente se entrega. Nuestro foco es hacer casas más dignas; ya que si bien se les llama viviendas de emergencia, por la evidencia que existe, este tipo de casas son ocupadas por muchos años. Incluso las familias realizan ampliaciones en torno a ellas. Por eso nos hemos preocupado de contar con viviendas de buena calidad”, explica Escudero.
Dafne Lazcano aporta más detalles. “Cuando levantaron mi casa, los trabajadores incluso se lavaban las manos para no manchar las paredes blancas, eso se valora mucho. Lamento que mi experiencia no sea igual para todas las familias de la región. El proceso se ha demorado mucho, y también ha fallado la logística a la hora de entregar ayudas. Además, hubo muy poca información respecto de, por ejemplo, cuándo llegaban las casas. Ojalá que las autoridades y demás personas involucradas en estas ayudas, saquen lecciones de todo lo que ha pasado, porque vamos a seguir teniendo emergencias en Chile”, concluye Dafne, mientras comparte fotos con sus hijos en su nueva casa. En su nuevo hogar.
