Por: Ricardo Flores, gerente de desarrollo del Idiem
En un mundo donde la Inteligencia Artificial (IA) se consolida como una realidad inevitable, nos enfrentamos a la pregunta: ¿están las organizaciones preparadas para integrar esta tecnología en sus planes estratégicos? Desde que John McCarthy acuñó el término “Inteligencia Artificial” en la Conferencia de Dartmouth de 1956, la idea de máquinas pensantes ha capturado la imaginación tanto de científicos como de autores de ciencia ficción.
La historia de la IA ha sido un gran viaje, desde sus primeras concepciones teóricas hasta su aplicación en el mundo real. En Chile, este viaje ha llevado a la creación del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia) en 2021. Esta institución promueve el uso responsable de la IA en el país, ofreciendo recursos de gran valor para las empresas que buscan incorporar esta tecnología en sus modelos organizacionales.
Sin embargo, el avance tecnológico por sí solo no garantiza la preparación organizacional. Un informe reciente del Instituto de Directores de Chile (IdDC) en conjunto con EY, señala que el 64% de los directores en Chile consideran la IA como una de las tendencias más relevantes para sus empresas. Esto indica un reconocimiento de su importancia, pero plantea una cuestión crucial: ¿están las empresas realmente listas para implementar la IA de manera efectiva?
La incorporación de la IA no se trata solo de adoptar nuevas herramientas tecnológicas; implica una transformación cultural y estructural dentro de las organizaciones. Se requiere una comprensión profunda de cómo la IA puede integrarse en los procesos existentes y cómo puede generar valor real.
Ante esto, realizar pruebas permite desarrollar capacidades dentro de la organización, por lo que el análisis de ensayos e información de proyectos a través de modelos de IA, facilita la mejor comprensión del comportamiento de las estructuras.
Además, los profesionales que adquieren capacidades en IA pueden dedicar más tiempo a actividades de mayor valor. Las startups de tecnología representan una fuente importante de oportunidades en el uso de IA, con las que permanentemente evaluamos oportunidades de trabajo conjunto.
En conclusión, aunque la IA ofrece enormes oportunidades, su integración exitosa depende de la preparación y el compromiso de las organizaciones para adaptarse a esta nueva era. La pregunta no es solo si estamos listos para recibir a la IA, sino si estamos preparados para maximizar su potencial de manera responsable y efectiva.
