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Macarena Saenz: “Para aplicar la neuroarquitectura en una vivienda, primero debemos realizar un perfil detallado de usuario”

La neuroarquitectura se ha implementado en proyectos que van desde hospitales, colegios, oficinas hasta viviendas, centrándose en mejorar la salud y el bienestar de los usuarios. 

Por: Tomás Rodríguez Botto

La industria inmobiliaria chilena se encuentra en un punto de inflexión, con la oportunidad de liderar una transformación significativa en la forma en que se conciben y desarrollan los proyectos urbanos. 

“La neuroarquitectura se presenta como una solución poderosa y oportuna, capaz de abordar algunos de los desafíos más acuciantes del sector, desde la necesidad de recuperar la confianza pública hasta la urgencia de ofrecer espacios que verdaderamente mejoren la calidad de vida de las personas”, señaló Magdalena del Solar Alemparte, arquitecto UDD.  

En ese sentido, Macarena Saenz, diseñadora de interiores, especializada en Neuroarquitectura y miembro de MI Comunidad de Mujeres Inmobiliarias, conversó con El Diario Inmobiliario, donde abordó los diferentes puntos de la neuroarquitectura y cómo se podría implementar en una vivienda. 

¿En qué consiste la Neuroarquitectura? 

Desde el punto de vista más teórico de la neuroarquitectura surge como una metodología que se respalda por la neurociencia para el diseño de espacios arquitectónicos saludables. Esta disciplina estudia los requisitos espaciales según las necesidades fisiológicas, cognitivas y socioemocionales de las personas, con el objetivo de proporcionar soluciones concretas basadas en la neurociencia, utilizando dos caminos: apoyados en la literatura científica o realizando experimentación científica. Además, hoy día contamos con herramientas tecnológicas avanzadas que nos permiten medir una variedad de respuestas físicas, desde el movimiento ocular hasta la actividad cerebral y electrodérmica (sudor), frecuencia cardiaca, entre otras lo que nos brinda una comprensión más profunda de cómo los espacios afectan a las personas. 

Este enfoque se sustenta en la capacidad del diseño arquitectónico para influir en nuestro cerebro y comportamiento, como lo ha demostrado Fred Gage, científico Genertista.

¿Cómo se puede aplicar este tipo de arquitectura en una vivienda?

Para aplicar la neuroarquitectura en una vivienda, primero debemos realizar un perfil detallado de usuario, considerando sus necesidades fisiológicas, cognitivas y socioemocionales. Luego, traducir esas necesidades a un mapa de experiencias deseadas, analizando las actividades, interacciones sociales, emociones deseadas y objetivos de las actividades, para identificar patrones de diseño que satisfagan esas demandas. Es importante tener en cuenta que estos estímulos se perciben a través de los sentidos, lo que nos lleva a diseñar considerando todos los sentidos. 

Va a depender de que es lo que queremos lograr para ver qué estrategia de diseño aplicar según eso, por ejemplo, si queremos diseñar espacios de encuentro en una vivienda esto implica utilizar cierto tiempo de formas unas más amigables, envolventes que acojan y esas formas las podemos usar en mobiliario, por ejemplo un sillón curvo también considerar el uso de ciertos colores e iluminación para potenciar esta interacción familiar, mientras que para otras acciones y objetivos y emociones tendremos que usar otras estrategias si pensamos en la concentración en un área de estudio serán otras.

Del mismo modo si consideramos el usuario no va a ser lo mismo diseñar viviendas para adultos mayores donde debemos considerar espacios accesibles utilizando herramientas de diseño que fomenten la memoria y faciliten la navegación del espacio (Wayfinding).

¿Cómo se logra construir espacios que mejoren la productividad y bienestar de las personas?

Para la construcción de espacios que mejoren la productividad y el bienestar se debe tener en consideración: La temperatura del espacio para tener un confort térmico, la acústica disminuyendo el ruido y reverberación del sonido, iluminación adecuada, priorizando la iluminación natural. Además de entornos naturales conexión con la naturaleza – Biofilia y fomentar las interacciones sociales generando comunidad y sentido de pertenencia. 

Estos aspectos considerados en la certificación WELL sistema de calificación para los edificios y comunidades, permite medir las características de los espacios construidos y su impacto en la salud y bienestar de los que lo usan. Es la primera certificación centrada exclusivamente en la salud y el confort de los usuarios. 

De tu experiencia en Europa, ¿Cuáles son los elementos primordiales para lograr eso, y por qué? 

Existen varios elementos primordiales para lograr espacios que mejoren la productividad y el bienestar. El diseño biofílico, engloba varios integra elementos naturales como la madera en los espacios interiores, es clave para crear ambientes más orgánicos y conectados con la naturaleza. Podría ser un tema aparte pero es importante mencionar que esta estrategia responde a la necesidad innata del ser humano de estar conectado con la naturaleza, dado que en nuestra historia evolutiva hemos vivido más del 99,9% del tiempo en entornos naturales. 

Los elementos a destacar: Considerar diseño multisensorial – los espacios se viven a través de los sentidos. Utilización de materiales naturales como la madera: como material de estructuras de soporte hasta acabados. Colores de la gama de los azules- fríos para mejorar el rendimiento y productividad. Formas sinuosas, amigables que favorecen los encuentros y permanencia. 

¿Cómo se ha implementado la neuroarquitectura, si puedes describir ejemplos?

En el congreso de neuroarquitectura se revisó el ejemplo de la incorporación de Iluminación circadiana Con Dynalight, intervinieron en la iluminación de la UCI Pediátrica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla para generar un sistema biodinámico a imagen y semejanza de la luz natural para favorecer la regulación biológica del cortisol y la melatonina de los médicos y de los pacientes que pasaban largas horas en el interior.

También ejemplos en Finlandia de  viviendas industrializadas construidas en Madera, ej edificio de la promotora Folkhem considerando el diseño Biofílico. La presencia de madera tanto en su estructura de soporte como en la terminación interior. También en Supercell en Helsinki habían salas con aislación completa de sonido o salas que fomentaban el salas de descanso por la necesidad de desconexión para luego recuperar la atención.  

Y proyectos inmobiliarios como los de Distrito Natural en Madrid que en sus espacios comunes fomentan también la comunidad, sentido de pertenencia, incorporando huertos urbanos. La neuroarquitectura se ha implementado en proyectos que van desde hospitales, colegios, oficinas hasta viviendas, centrándose en mejorar la salud y el bienestar de los usuarios. 

En ese sentido, ¿Cómo lo ves para Chile, debido a que ha aumentado el teletrabajo post pandemia y las personas pasan más tiempo en sus viviendas?

En Chile, el aumento del teletrabajo y el mayor tiempo que las personas pasan en sus viviendas resaltan la importancia de diseñar espacios que promuevan la salud y el bienestar. Bajo un cambio de paradigma donde antes las oficinas o espacios de trabajo respondían a un enfoque pasivo de maximizar la eficiencia, ahora se fomenta un enfoque enriquecido – activo, trabajando con los sentidos en mente. Considerar herramientas que favorezcan la concentración, la memoria y las funciones cognitivas y afectivas es esencial podemos aplicar algunas en nuestra casa con algunas intervenciones de color o materialidad, incorporar formas del diseño biofílico y plantas en los Homeoffice, eso como alguna idea de intervención. 

Pero si pensamos más en tendencia o aspectos a una escala mayor para aplicar: Espacio Laboral Enriquecido, fomentar la curiosidad y creatividad. Presentar momentos de desconexión. 

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