También conocida como fabricación aditiva, permite construir viviendas e infraestructura mediante la superposición de materiales. Para ello, se recurre a brazos robóticos programados por computadora.
Por Leonardo Núñez
En todo un laboratorio se convirtió la ampliación de un supermercado Walmart ubicado en la ciudad de Athens (Estado de Tennessee). La obra se convirtió en uno de los proyectos inmobiliarios comerciales impresos en 3D más grandes de la historia de Estados Unidos.
Esto permitió conocer en terreno las promesas y las deficiencias de la nueva tecnología que está llamada a revolucionar el desarrollo inmobiliario de la próxima década.
El gigante minorista optó por la técnica para agregar una espacio de 800 metros cuadrados con el objetivo de almacenar artículos para los clientes que compran en línea, ya sea para para recoger en el lugar o entregar a domicilio.
Para realizar una comparación más objetiva, la obra se desarrolló en paralelo a 200 ampliaciones similares en otras ciudades, que se realizaron de manera tradicional.
Lidiar con el calor fue unos de los principales problemas. “Trabajar al aire libre en el calor y la alta humedad del verano de Tennessee, resultó ser un problema para esta tecnología. El trabajo terminó semanas después de lo previsto, ya que los equipos de construcción tuvieron que lidiar con materiales delicados y mangueras obstruidas. El costo de construcción con tecnología 3D también fue aproximadamente el mismo que el de la construcción tradicional”, indicó un informe de los trabajos publicado esta semana.
“Hay una serie de cosas que hemos aprendido”, dijo Patrick Callahan , director ejecutivo de la empresa Alquist 3D , de cuatro años de antigüedad, que fue contratada por Walmart para el proyecto.
En Tennessee, Alquist trabajó junto a FMGI, un contratista general de larga trayectoria para proyectos de Walmart. Su director ejecutivo, Darin Ross, dijo a WSJ que en la obra se unieron los “trabajadores de la construcción tradicionales” de su empresa con los “trabajadores de las nuevas tecnologías” de Alquist, que llevaban tablets.
Esto no siempre funcionaba. El material se sobrecalentaba con el calor de Tennessee (están en verano), lo que los obligaba a usar agua para enfriarlo a la temperatura correcta para su posterior aplicación. Por el tipo de fraguado de rápida acción, había poco margen de error.
La obtención de permisos de construcción locales y los problemas climáticos también contribuyeron al retraso del cronograma del proyecto.
Los resultados no dejaron contentos a los inversores. Los capitalistas de riesgo han invertido miles de millones de dólares en empresas emergentes de impresión 3D en los últimos años, creyendo que pronto podrán producir en masa componentes para las industrias de semiconductores y aeroespacial. Junto con ello, la tecnología se ha promocionado como una forma de aliviar la escasez de viviendas en Estados Unidos.
Pero, a la fecha, se han completado pocos proyectos inmobiliarios comerciales utilizando esta tecnología, la cual, hasta ahora no ha demostrado ser más barata y rápida que la construcción tradicional. Los desarrolladores esperan que el proyecto de Athens permita corregir parte de estas falencias.
La impresión 3D, también conocida como fabricación aditiva, es una solución tecnológica que permite construir casas mediante la superposición de materiales. Para ello, se recurre a brazos robóticos programados por computadora.