Expertos en lujo inmobiliario internacional relataron las razones que llevan a sus clientes a adquirir propiedades de alto valor en lugares expuestos a incendios y terremotos.
Por Leonardo Núñez
La crisis climática está haciendo que grandes regiones de EE.UU., como del resto del mundo, sean cada vez más inhóspitas. Fenómenos naturales como incendios, inundaciones y huracanes se han vuelto cada vez más más frecuentes.
Sin embargo, mientras los propietarios de viviendas de clase media enfrentan la difícil decisión de quedarse o mudarse, los mega-ricos optan por adquirir propiedades en estas zonas de alto riesgo. Y están dispuestos a pagar precios récord.
Por ejemplo, en ciudades como Palm Beach o Miami se ha registrado ventas multimillonarias de propiedades, a pesar de estar en áreas propensas a inundaciones. En Charleston y Phoenix, donde el calor extremo es cada vez más intensos, ocurre el mismo fenómeno.
Expertos en lujo inmobiliario internacional, desde su experiencia, relataron a “The Wall Street Journal”, las razones que llevan a sus clientes a adquirir propiedades de alto valor en lugares expuestos. Explicaron que los multimillonarios eligen estos lugares por su atractivo cultural, social y estético. La cercanía al mar, las vistas panorámicas y el prestigio de ciertos enclaves pesan más que las amenazas climáticas. Además, pertenecer a la élite de un área exclusiva parece ser una clave de motivación para muchos compradores.
“Hay razones racionales por las que se mudan a esos lugares”, afirmó Milton Pedraza, director ejecutivo del Luxury Institute, una firma de investigación y consultoría con sede en Boca Ratón, Florida, y Nueva York. “El amor por el océano, el amor por la gente que vive allí, los restaurantes, la cultura. Es como decir, ¿dónde está mi gente? ¿Adónde se dirige mi tribu? Allá voy”.
“Estos lugares otorgan estatus, especialmente a quienes se inician en el mundo de las grandes fortunas”, agregó Clay Cockrell, trabajador social clínico colegiado que tiene muchos clientes adinerados.
Sufrir pérdidas también está internalizado entre los más ricos entre ricos, ya que no necesariamente su patrimonio se ve afectado. Algunos multimillonarios, como Larry Ellison, han perdido propiedades por incendios sin que esto afecte significativamente sus inversiones. “Muchos de estos compradores ven el riesgo como un inconveniente menor porque pueden asumir las pérdidas económicas sin comprometer su estabilidad financiera”, indicó al medio un corredor especializado en altos patrimonios.
Para los ricos de menor nivel, en tanto, mudarse a una zona de alto riesgo requiere un cierto grado de autoengaño, ya que tiende a minimizar los peligros cuando ven que otros también compran allí.
El factor dinero también les ofrece cierto grado de protección ante los desastres. Las casas de los ricos pueden contar con materiales resistentes al fuego, barreras contra inundaciones y sistemas privados de seguridad. Estas medidas hacen que el impacto del cambio climático sea menos problemático para ellos en comparación con la población general.
Sin embargo, incluso entre los más adinerados, la situación en lugares como Malibú podría estar llegando a un punto de quietud. Los incendios recientes han dañado no solo viviendas, sino también la infraestructura comunitaria, lo que ha llevado a algunos millonarios a reconsiderar si vale la pena seguir invirtiendo en estas zonas de alto riesgo.