Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios COHLERS + Partners
La “arqueología industrial” acuñado por Michael Rix en Inglaterra, ha sido definida como la ciencia que estudia los monumentos industriales, los vestigios físicos de la industria, las instalaciones relacionadas con el progreso y su transformación, así como de la cultura de la industrialización en general; teniendo como objeto la investigación, el reconocimiento y el archivo de dichos monumentos.
Los monumentos industriales son los edificios, estructuras y sitios relacionados con la producción industrial que tienen un valor histórico, arquitectónico o cultural, tales como fábricas, plantas de producción, bodegas, almacenes, infraestructura de transporte, estaciones de tren y buses, ferrocarriles, puentes; minas y canteras; e instalaciones energéticas, como molinos de viento y presas.
Esta disciplina tiene gran importancia urbanística, pues las transformaciones del paisaje urbano, rural y de los territorios que el desarrollo de la industrialización ha ocupado; recogiendo las costumbres de vida material, las ideologías, tendencias históricas y las consecuencias de la aplicación de la adaptación de los productos industriales a dichas construcciones.
Esto es interesantes desde el punto de vista inmobiliario y mirado como negocio, ya que se interesa por la conservación de estos vestigios como parte del patrimonio, su restauración, revitalización y reutilización, desarrollando métodos propios de intervención donde la comercialización inmobiliaria se complementa y redefine con el turismo, pues preservar edificios industriales históricos, puede aumentar el valor de una propiedad al agregar un componente histórico y cultural, atrayendo turistas y aumentando el atractivo de un territorio.
Convertir antiguas estructuras industriales en viviendas, oficinas o espacios comerciales es una tendencia creciente en todo el mundo, ya que suelen tener un carácter único no encontrable en construcciones nuevas, siendo un fuerte punto de venta y una ventaja para quiénes desean invertir en estos proyectos con un retorno de ganancias más cercano. Además, monumentos industriales bien conservados puede aumentar el valor de las propiedades circundantes, gracias a la mejora del atractivo visual y la oferta cultural de la zona.
Por otro lado, pueden haber incentivos financieros y beneficios fiscales, para la preservación y rehabilitación de edificios históricos en donde las regulaciones locales y nacionales, sobre la preservación de monumentos, puede ser crucial para el desarrollo de proyectos inmobiliarios en estas áreas, pues los desarrollos que combinan espacios residenciales, comerciales y turísticos, diversifican el uso del suelo y proporcionar una fuente de ingresos más estable y variada.
Finalmente, la reutilización de estructuras existentes es una práctica más sostenible en comparación con la demolición y construcción de nuevas edificaciones. Esto puede ser atractivo para los compradores y arrendatarios que valoran la sostenibilidad, y en donde, la restauración de sitios industriales históricos puede revitalizar áreas urbanas deprimidas o degradadas, fomentando el desarrollo económico y atrayendo negocios, restaurantes, hoteles y otros servicios que sirven tanto a los turista, como a los residentes locales y mejorando la calidad de vida de los residentes locales.
