Por: Cristián Martínez, fundador de Crece Inmobiliario, Ingeniero Comercial, Magister en Administración de Empresas de IEDE y Master de Administración de Empresas en la Universidad de LLeida
El panorama de la inversión internacional cuenta con diversos beneficios, pero, quizás ninguno tan atractivo como la “Golden Visa”, incentivo destinado a aquellos inversionistas inmobiliarios que, superando un monto, pueden acceder a este poderoso documento que brinda movilidad por los principales países del viejo continente. Es por esto que la reciente decisión del Congreso Español de poner fin a este mecanismo, merece poder observar en detalle, la verdadera naturaleza de esta política y reales implicaciones.
La Golden Visa, implementada durante la administración de Mariano Rajoy, representaba en teoría un puente para atraer inversión extranjera mediante un visado especial para personas no residentes en la Unión Europea que invirtieran más de 500.000 euros en propiedades. Sin embargo, los números hablan por sí solos: en una década, apenas se otorgaron 5.000 visas, del cual solo el 5% proviene de Latinoamérica.
Inversores de mercados como el chino y el ruso, han sido los más perjudicados. El incentivo original era atraer personas que pudiesen aportar entre 250 mil y 500 mil dólares en inversiones inmobiliarias, con la promesa de generar nuevas propiedades y soluciones habitacionales, en medio de un panorama complejo en este último punto.
Ahora bien, con su eliminación, el gobierno español no está atacando un problema económico, sino construyendo un discurso sobre control migratorio. La eliminación de la Golden Visa se presenta como una solución, cuando en realidad se observa como un mecanismo populista que no resuelve las complejidades subyacentes tanto de la migración como la inversión.
A pesar de que en España los esfuerzos se mantienen por eliminarla, la Golden Visa no desaparece completamente del mapa europeo. Malta, Grecia, Italia y Hungría mantienen beneficios similares, con requisitos de inversión que oscilan entre los 250 mil y los 690 mil euros, siendo Malta el país donde es más caro poder obtenerla. Es así, como los inversores podrán seguir disfrutando de los desplazamientos por los distintos países que forman parte del acuerdo de Schengen.
La Golden Visa es un instrumento imperfecto, pero eliminarlo sin una estrategia de reemplazo sugiere más improvisación que planificación y lo que se avecina es un escenario de mayor complejidad.
La eliminación de la Golden Visa en España no resuelve los problemas estructurales de vivienda ni de migración. Por esto, es importante generar marcos legales que atraigan inversión responsable, que generen valor social y económico. Por ahora, este tipo de medidas, no son más que medidas para la galería, espejismos populistas. Al final es, simplemente, mucho ruido y pocas nueces.
