Por: Pablo Guerra C., Presidente Asociación de Constructores Civiles UC.
En la era de la inteligencia artificial, cada vez más las empresas están adoptando y aplicando tecnologías de innovación en sus procesos. En el rubro de la construcción, si bien se observa un avance, la adopción digital ha sido lenta y enfrenta tres desafíos esenciales que deben priorizarse para garantizar su éxito.
De acuerdo con el Índice de Transformación Digital de Empresas de 2020, realizado por Corfo, la Cámara de Comercio de Santiago y la consultora PMG Business Improvement, esta industria posee los niveles más bajos de madurez digital: un 33% en comparación a otros rubros como salud o telecomunicaciones, que están en 50% o más.
Las herramientas digitales permiten una reducción de costos y tiempo de construcción. El aporte en planificación y diseño ayuda a los equipos a identificar y resolver problemas antes de que se inicien los trabajos de construcción. Asimismo, han permitido la automatización de muchas tareas, lo que disminuye los errores y el tiempo necesario para concretarlas. Sin embargo, el éxito de la transformación digital en la construcción depende fundamentalmente de tres ámbitos críticos que deben abordarse de manera integral:
Primero, la necesidad de contar con especialistas en digitalización. Así como en su momento surgieron los profesionales de oficina técnica o de calidad, hoy deberíamos pensar en incorporar al “Profesional de Digitalización” en las obras. Este rol, más allá de ser un simple usuario de tecnología, debe ser un experto capaz de liderar la implementación digital, gestionar sistemas, capacitar equipos y optimizar procesos.
Segundo, la gestión del cambio y la resistencia cultural requiere un enfoque generacional estratégico e inclusivo. La transformación digital debe comenzar desde las aulas universitarias, donde los futuros profesionales pueden desarrollar no solo competencias técnicas, sino que también una mentalidad digital nativa. Esta formación temprana es crucial, pues a medida que estos nuevos profesionales se incorporen a la industria, la digitalización se convertirá en un proceso cada vez más natural y fluido.
Paralelamente, es primordial reconocer y potenciar a los profesionales actuales que, aunque no sean nativos digitales, poseen el conocimiento profundo de la industria. Para ellos, se requieren programas de capacitación específicos y continuos, que combinen su experiencia práctica con las nuevas herramientas digitales.
La clave está en convertirlos en aliados del cambio, valorando su experiencia mientras se les empodera con nuevas competencias digitales. Este complemento, que forma a nuevos profesionales mientras actualiza a los experimentados, es fundamental para una transformación exitosa y sostenible.
Y tercero, la usabilidad de las plataformas digitales. Las herramientas deben diseñarse pensando en el usuario final de la construcción, no al revés. Es preciso que sean intuitivas y realmente faciliten el trabajo, evitando que los profesionales trabajen para la plataforma en lugar de que esta trabaje para ellos. Los desarrolladores de software deben tener experiencia en construcción o trabajar estrechamente con profesionales del sector, para crear soluciones que verdaderamente respondan a las necesidades de la obra, es fundamental no extrañar la forma antigua de trabajar.
En este contexto, resulta alentador ver iniciativas como la implementación de la metodología BIM (Building Information Modeling) impulsada por Corfo y Plan BIM, junto con programas como Construye 2025, que promueven la transformación digital del sector a través de iniciativas concretas como DOM en línea y el desarrollo de startups tecnológicas. El hecho de que hoy el 80% de la inversión del MOP en construcción use BIM demuestra que el cambio es posible cuando existe un compromiso institucional claro.
La transformación digital en la construcción solo será exitosa si estos tres ámbitos se abordan y trabajan de manera simultánea y coordinada. No basta con tener la mejor tecnología si no hay especialistas capacitados para implementarla, ni será suficiente tener expertos si las herramientas son poco amigables o si existe resistencia al cambio.
Las futuras generaciones de constructores civiles no solo deberán estar preparados en el uso de herramientas digitales, sino que deberán desarrollar las competencias necesarias para liderar esta transformación, asegurando que la tecnología sea una verdadera aliada en la mejora de la productividad y eficiencia del sector.