- 2 septiembre, 2024 - 7:00 am
Construcción de penitenciarios: ¿se puede democratizar los espacios donde la inseguridad inmoviliza?
Producto de la crisis en seguridad que estamos cruzando en Chile y las proyecciones anunciadas por el Gobierno, que dan inicio de obras para nueva cárcel en Santiago el próximo año 2025, junto con cinco recintos penitenciarios y dos nuevas cárceles en Calama y Copiapó, el debate de cómo afecta a los territorios estas construcciones sigue creciendo.
Y es que la construcción de una cárcel puede tener diversas afectaciones territoriales que impactan tanto al entorno físico, como a las comunidades circundantes. Algunas de las principales implicancia es que modifica el uso del suelo en el área seleccionada, lo que puede repercutir en la planificación urbana y la zonificación existente.
Por lo mismo, no sabemos si sólo construir cárceles merma la percepción de seguridad, dado que la ubicación de un recinto penitenciario, altera dicha sensación en los residentes cercanos.
Igual de importante son los efectos económicos que pueden ser tanto positivos como negativos. Por un lado, puede generar empleo durante la construcción y operación; pero por otro, puede afectar negativamente el valor de propiedades cercanas y la actividad comercial local.
Respecto a los conflictos sociales, la construcción y operación de una cárcel pueden generar protestas o resistencia por parte de la comunidad, especialmente si no se llevan a cabo consultas adecuadas o si la población no se siente incluida en el proceso de toma de decisiones, ya que la presencia de una cárcel puede alterar la dinámica social de una comunidad, afectando las relaciones entre vecinos y la cohesión social.
El aumento del tráfico y la infraestructura, tanto durante la construcción como a lo largo de la operación, debido a visitas, traslado de personal y suministros, debe estar bien pensada, porque va a requerir mejoras robustas en la infraestructura vial local.
Asimismo, estos levantamiento puede provocar desplazamiento de comunidades, tanto en la reubicación de habitantes como de locales comerciales, producto de la posibilidad de que esta nueva situación impacte negativamente su calidad de vida que puede llevar a tensiones sociales.
En definitiva, es fundamental que antes de proceder con la construcción de una cárcel, se consideren cómo mermar el impacto que estas construcciones van a provocar a nivel territorial, identificando puntos claves como lo ambiental, social, comercial y accesibilidad, para mitigar estas afectaciones.