“Esta situación, limita el acceso de las familias a la adquisición de una vivienda, ya que su poder adquisitivo se ha deteriorado”, señaló Sergio Barros, director ejecutivo de Enlace Inmobiliario.
Por: Tomás Rodríguez Botto
Un 40% ha aumentado el ingreso mínimo para obtener un crédito hipotecario desde el 2021, esto debido a las mayores exigencias de la banca y una economía más debilitada. Además, esta cifra está influenciada por el incremento de las tasas de interés de los créditos hipotecarios.
Ante eso, para solicitar un préstamo de UF 2.000 ($74.454.580), se necesitaría un ingreso mensual líquido cercano a $1.850.000 para poder solventar el dividendo en un periodo de 25 años, mientras que en el año 2021 se requería un ingreso de $1.300.000, lo que significa aproximadamente un 40% mayor.
En ese sentido, Sergio Barros, director ejecutivo, Enlace Inmobiliario, señaló que, “una de las principales razones por las cuales la banca está solicitando un ingreso mayor, a quienes solicitan un crédito hipotecario, es por el aumento en el precio de las propiedades y los costos financieros.
“La banca hipotecaria debe ir ajustando sus políticas en función del valor de la UF y su consiguiente alza en el valor de las propiedades. El problema es que el ajuste de los salarios de las personas, no está en concordancia con el alza generalizada de precios, debido a una falta de dinamismo en la economía”, agregó Barros.
En tanto, Felipe Pérez, business owner del área de financiamiento de TOCTOC, comentó que “dado que las condiciones son más elevadas, para conseguir un crédito hipotecario se recomienda incorporar un codeudor solidario para ampliar la capacidad crediticia, quien asume, al igual que el deudor principal, la responsabilidad de pagar la deuda desde el inicio del crédito. La diferencia con el aval, es que éste debe asumir la responsabilidad del pago de la deuda cuando el deudor principal no la ha pagado”.
Una opción que genera consenso en los expertos, es el incorporar un codeudor solidario, el cual comparte en partes iguales junto al deudor original las obligaciones del crédito. “El complemento de renta con un tercero es una solución para llegar a los montos que hoy en día está exigiendo la banca.
Además, según lo que hemos observado, esta es una opción que no es tan utilizada, por lo que podría ser más difundida por las instituciones financieras e inmobiliarias”, complementó Barros.