Las trabas en la construcción, como regulaciones excesivas, burocracia, altos costos de materiales y terrenos, así como la falta de financiamiento, afectan directamente el déficit habitacional en un sin fin de dimensiones. Es por esto que la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), a principios de este año anunciaba que el sector seguiría con cifras rojas en este 2024, lo que evidentemente afecta a la fecha la posibilidad de un mayor crecimiento potencial en el mediano y largo plazo.

Los retrasos en la entrega de viviendas de cara a las trabas administrativas, como permisos de construcción complicados o largos procesos de aprobación, pueden retrasar el inicio y la finalización de proyectos habitacionales, y esto limita la disponibilidad de nuevas viviendas en el mercado.

El aumento de los costos que vienen subiendo aceleradamente desde la época de la pandemia, producto de las regulaciones estrictas que a menudo conducen a un aumento en los materiales y transportes de la construcción, puesto que los promotores tienen que invertir más para cumplir con normativas específicas y es probable que transfieran esos costos a los precios de las viviendas, lo que las hace menos accesibles para la población clase media y la con menos recursos.

La reducción de la inversión, es un ítem eminentemente protagónico, dado que se ha demostrado que los inversores y constructores pueden mostrar menos interés en proyectos de vivienda en zonas donde las regulaciones son excesivas o donde se percibe que el proceso es ineficiente. Esto limita la oferta de viviendas, exacerbando el déficit habitacional.

Por otra parte, las trabas pueden hacer que los desarrolladores se centren en proyectos de mayor rentabilidad, como viviendas de lujo, en lugar de desarrollar soluciones habitacionales asequibles. Esto agrava la situación para las personas con ingresos bajos y medios producto del desincentivo a la construcción de viviendas sociales o con foco para la clase media.

La falta de disponibilidad de terrenos adecuados y los problemas en la planificación urbana, también son un tema a considerar y pueden limitar el desarrollo en la construcción. Con lo que la falta de vivienda asequible es una bola de nieve que puede llevar a un aumento en el número de personas sin hogar, el hacinamiento y otras formas de vivienda precaria, sumado al aumento de la delincuencia y la inseguridad a nivel nacional. Esto tiene consecuencias sociales, económicas y de salud, que pueden repercutir en toda la comunidad.

En resumen, las trabas en la construcción no sólo ralentizan el desarrollo de viviendas nuevas, sino que también aumentan los costos y disminuyen la oferta de viviendas asequibles, contribuyendo significativamente al déficit habitacional.

Para abordar esta problemática, es fundamental simplificar procesos, promover inversiones en vivienda asequible y fomentar un marco regulatorio que equilibre la protección de la calidad de vida sin obstaculizar el desarrollo habitacional, puesto que de lo contrario, el panorama se ve aún más negro con una falta de stock que terminará con precios poco pagables para buena parte de Chile.