Por: Eduardo Ricci Burgos, abogado de Negocios Cohlers + Partners
Para muchos, no existe mejor sueño cumplido que tener la casa propia. Así, y salvados los escollos del actual sistema de financiamiento bancario en nuestro país, la práctica más usual son 3 tipos de venta de las inmobiliarias: en verde, en blanco y con el proyecto listo para entrega inmediata.
De este modo la liquidación (quiebra) de una inmobiliaria, afectará diferentemente a cada comprador según el estado de avance del proyecto, siendo más gravemente afectados los compradores que adquirieron propiedades en blanco y en verde, que aquellos que compraron listo para entrega.
Los de entrega inmediata tienen una mejor posición, puesto que son considerados dueños de la propiedad y la quiebra de la inmobiliaria no afectará mayor ni directamente su derecho de propiedad, pero sí podrán haber eventualmente, retrasos en la entrega de la vivienda y posibles problemas con garantías o servicios postventa que debía otorgar la inmobiliaria fallida.
Si la operación se hizo en verde o blanco, mediante la firma de una promesa de compraventa, la situación es más compleja, pues el comprador no es todavía dueño de la vivienda, no tiene el dominio o propiedad, y su dinero (pie inicial y cuotas pagadas), quedará inmovilizado en el proceso de liquidación.
Por estos motivos quedan en una posición desmejorada respecto a la opción de haber comprado con el proyecto listo para la entrega y con el riesgo de pérdida de los aportes realizados, conforme existan bienes suficientes del deudor para el pago de sus obligaciones durante el proceso de liquidación concursal de la inmobiliaria.
Sin embargo, la ley establece la obligación de que los pagos efectuados en forma previa y en la promesa como parte anticipada del precio, quede resguardada en una póliza de seguro o una boleta de garantía bancaria a favor del comprador; siendo el liquidador, quien deberá hacerse responsable y responder ante las garantías reclamadas.
La compra en blanco se ha transformado en una opción de negocio más usual, no solo para inversionistas, sino para todos los que prefieren valorar más los descuentos de precio que la fecha de entrega del proyecto, pero corren más riesgos en caso de liquidación de la inmobiliaria.
Por ello es fundamental elegir una inmobiliaria sólida, con trayectoria y estar asesorado por profesionales al momento de realizar una compra. Es clave también verificar que la póliza se mantenga vigente para poder usarla en caso de incumplimiento.
