Por: Eduardo Ricci Burgos, Abogado de Negocios COHLERS + Partners
El mercado inmobiliario chileno enfrenta múltiples desafíos: altos costos de suelo, burocracia en permisos de edificación y una creciente demanda por viviendas accesibles y sostenibles. Para enfrentar estos retos, es imprescindible pensar en soluciones innovadoras que combinen adaptabilidad, sostenibilidad y eficiencia en los procesos.
La regulación urbanística en Chile puede ser un obstáculo para el desarrollo de proyectos innovadores. Una solución sería fomentar la creación de zonas urbanas mixtas con regulaciones flexibles que permitan combinar viviendas, oficinas, comercios y áreas verdes en un solo espacio. Esto no solo optimizaría el uso del suelo, sino que también reduciría los tiempos de traslado, mejorando la calidad de vida de los habitantes.
La construcción modular ofrece una alternativa más rápida y económica a los métodos tradicionales. Mediante esta técnica, se pueden fabricar componentes en fábricas y ensamblarlos en el lugar del proyecto, reduciendo costos y tiempos. El Estado podría incentivar esta práctica mediante subsidios o beneficios tributarios a desarrolladores que utilicen tecnología modular para proyectos sociales o sostenibles.
El modelo de arriendo residencial institucional, popular en otros mercados, podría implementarse en Chile. Esto implica que fondos de inversión desarrollen y administren proyectos destinados exclusivamente al arriendo, asegurando precios accesibles y condiciones justas. Una regulación específica para incentivar la inversión en estos fondos podría ser clave para aliviar el déficit habitacional.
La digitalización completa de los procesos de permisos de edificación y urbanización es crucial. Plataformas integradas podrían reducir la burocracia y mejorar la transparencia. Además, implementar sistemas de inteligencia artificial para prever problemas en los proyectos permitiría anticipar correcciones y evitar costosos retrasos.
Las alianzas público-privadas son fundamentales para proyectos de infraestructura habitacional. Diseñar programas que incentiven a privados a colaborar con el Estado en la construcción de viviendas sociales o infraestructura urbana sostenible puede generar un impacto positivo en el corto plazo.
Así pues, estas propuestas no solo buscan atender la crisis habitacional y urbana actual, sino también posicionar a Chile como líder en innovación inmobiliaria en América Latina. La clave está en transformar los desafíos en oportunidades a través de la creatividad y la colaboración.