
Por: Alejandra Lutfy Pérez / Ingeniera en Construcción / Magister en Ingeniería Industrial y sistemas / Presidenta MUCC / Head Of Quality Management – Quality Control.
Innovar significa introducir cambios novedosos y esenciales, redefiniendo las metodologías tradicionales que han delineado industrias enteras. En el ámbito de la construcción en Chile, esta noción de innovación adquiere una relevancia particular, al cruzar con un aspecto fundamental y aún subvalorado: la diversidad de género.
En un sector donde la presencia femenina es todavía minoritaria, cada mujer que se incorpora, suma a la fuerza laboral y multiplica las perspectivas y enfoques dentro de las empresas. La inclusión de mujeres en la construcción no es simplemente una cuestión de equidad o cumplimiento normativo, es un vehículo poderoso para fomentar la creatividad y la innovación.
Equipos diversos son más aptos para cuestionar el statu quo y generar soluciones originales, enfrentando los retos del mercado con una visión más completa y competitiva. La evidencia de este impacto es palpable. En Chile y Argentina, mujeres en roles de liderazgo han sido pioneras en el desarrollo de proyectos que no cumplen con los estándares requeridos y los superan, abordando desafíos críticos como la sostenibilidad ambiental.
Por ejemplo, algunas lideresas han introducido innovaciones en soluciones para cubiertas vegetales y en materiales, como cementos más ecológicos con plástico triturado. Sin embargo, los avances en la inclusión de género en la construcción se miden por las innovaciones técnicas que se introducen, y también, por el cambio en la cultura corporativa que se impulsa.
Promover un ambiente donde hombres y mujeres colaboran y lideran juntos, asegura que las decisiones tomadas reflejan una gama más amplia de experiencias y conocimientos, enriqueciendo el proceso creativo y operativo de las empresas.
A pesar de estos beneficios claros, persisten barreras que limitan la participación plena de las mujeres en la industria. Desde estereotipos de género hasta estructuras corporativas no inclusivas, estos obstáculos no solo impiden la equidad de oportunidades, sino que también restringen la capacidad del sector para innovar y crecer.
Es crucial, entonces, que tanto líderes empresariales como políticas gubernamentales, continúen trabajando para derribar estas barreras y fomentar un entorno verdaderamente inclusivo.
La visión del Gobierno de Chile, de fomentar una sociedad más inclusiva, utilizando la innovación en el sector público como catalizador, debe reflejarse con igual vigor en el sector privado, especialmente, en industrias tradicionalmente masculinizadas como la construcción. La integración de las mujeres, es una oportunidad para revitalizar y sostener la industria, asegurando su relevancia y eficiencia a largo plazo.
La innovación impulsada por la diversidad es un ideal a alcanzar y debe establecerse, también, como una estrategia necesaria y urgente para que la construcción en Chile pueda superar sus desafíos actuales y futuros, optimizando su productividad y contribución social.