La compra de terrenos con fines de conservación y cuidado del medioambiente se puede desarrollar en pequeña escala.
Por Leonardo Núñez
La conservación medioambiental tiene varios referentes a nivel mundial. Leonardo Dicaprio es uno de los más conocidos. A través de su fundación, el actor se ha involucrado en la compra y gestión de más de 35 proyectos cuyo objetivo es proteger los últimos lugares silvestres de la Tierra.
En Chile, las actividades de conservación impulsadas por el fallecido ecologista Douglas Tompkins, desde mediados de la década de 1980, fueron pioneras en esta área. En vida compró miles de hectáreas de tierra en la Patagonia para salvarlas del desastre ecológico. Parques como Pumalín, Corcovado y Yendegaia forman parte de esta red.
Sin embargo, no es necesario ser millonario o famoso para involucrarse en proyectos financieros que buscan y logran generar un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad. También se puede desarrollar en pequeña escala y pueden ser un buen negocio. En bienes raíces, específicamente, no sólo se cuida la biodiversidad, el valor de la tierra también aumenta en el tiempo.
Camilo González, gerente de operaciones de Genau Green, firma especializada en inversiones sustentables y conservación ambiental, señala que los lugares más cotizados en la actualidad para invertir de manera sostenible en tierra protegidas son principalmente sectores ubicados al sur de Chile, en regiones como Los Lagos, Los Ríos, Ñuble y la región Del Maule.
“En estas zonas se encuentran dos elementos fundamentales para este tipo de inversión: gran riqueza y diversidad natural con grandes posibilidades de desarrollo y el aumento sostenido del valor de la tierra”, explica.
La recomendación al momento de invertir en estos terrenos es enfocarse en proyectos que combinen rentabilidad con preocupación ambiental y que, siguiendo ese enfoque, agreguen valor al mercado de terrenos en general. Hay tres elementos que se deben tomar en cuenta: Fijarse dónde está situado el proyecto, la comuna específica y revisar el crecimiento inmobiliario de ese sector en los últimos 5-10 años; asegurarse del potencial turístico y cómo se comporta en distintas temporadas. La disponibilidad de agua que existe y el acceso al lugar.
También es necesario averiguar cuáles son los estudios y fundamentos que le dieron lugar al proyecto en esa zona y en qué se basaron para proponer el proyecto desarrollado.
“Si una empresa no puede ofrecer ninguno de estos tres elementos es recomendable volver a evaluar la inversión. Además, al invertir en un proyecto de vida, en el cual se busca seguridad e independencia financiera, es primordial conocer todos los detalles, ya que lo importante es estar tranquilo con la decisión de dónde se están poniendo las lucas ”, sostiene González.
En el caso de Genau Green tienen distintas formas de financiamiento para su proyectos, los cuales se pueden pagar en hasta 30 años. Sus inversores pueden elegir el porcentaje del pie inicial desde un 10% y extender el pago de este en cuotas flexibles.
Uno de sus proyectos es Mirador del Lago, compuesto por un lote de terrenos ubicado dentro del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales (Región de Los Lagos). Es una inversión dirigida a personas naturales, familias, empresas e instituciones educativas y no gubernamentales comprometidas con la preservación del bosque nativo, el cuidado de los ecosistemas, la lucha contra la deforestación y el desarrollo de iniciativas de estudio e investigación en los ecosistemas boscosos del sur.
A nivel global, las inversiones sostenibles han experimentado un crecimiento récord, con un aumento del 20% en su participación mundial, según el Global Real Estate Sustainability Benchmark (GRESB).
En América Latina, el crecimiento de este tipo de inversiones ha aumentado un 30% interanual. En Chile, las inversiones sostenibles no solo ayudan a proteger el medio ambiente, sino que también impulsan la economía local y refuerzan la lucha contra el cambio climático.