El país asiático está viviendo momentos complejos en el sector ante el aumento del endeudamiento de las inmobiliarias, el no pago de los créditos hipotecarios y la negativa de los bancos respecto a los préstamos a empresas.
Por: Tomás Rodríguez B.
El gigante asiático está inmerso en una crisis del sector inmobiliario desde finales del año pasado, cuando la industria que representa un cuarto del Producto Interno Bruto se contrajo. Entre los factores principales que explican el estancamiento, se encuentran los crecientes defaults entre las promotoras chinas y el impago voluntario de miles de familias.
Dentro del mismo panorama, la gigante Evergrande posicionada como la segunda constructora china durante el 2020 en ventas, desde finales del año pasado dejó de pagar parte de su deuda por más de 300 mil millones de dólares y, hasta fines de julio del presente año, no había logrado entregar un plan de reestructuración preliminar como pidió el gobierno chino. Todo en medio de una desaceleración que está viviendo el país, que durante el segundo trimestre de 2022 llegó sólo a un crecimiento de un 0,4%, 0,6% por debajo de lo pronosticado por los mercados.
La deuda de Evergrande es un precedente fundamental para los inversionistas extranjeros. Guillermo Holzmann, cientista político, director ejecutivo de Analytyka Consultores y de Strategic Analysis Communications, explica alguna de las causas: “una de las fortunas más grandes de China como Evergrande, se declara en default que significa dejar de pagar deudas. Esto tiene que ver con la intervención del Estado de ese país en 2021, cuando China recorta el acceso a los créditos y limita el acceso a los fondos de inversión”.
¿Las consecuencias? La medida del Estado chino provocó una masiva cantidad de familias que dejaron de pagar sus dividendos, ya sea por el retraso de la entrega de sus viviendas o proyectos que están paralizados en más de 20 ciudades. De acuerdo a cifras de la consultora CRIC, la construcción del 10% de viviendas durante el 2021 se ha estancado y los créditos hipotecarios representan el 20% de los préstamos en el sistema bancario chino, según datos del Banco ANZ.
Por otra parte, vale destacar que desde el año 1990 se inició una política de acceso a la vivienda, a través de reformas para privatizar y comercializar el sistema de vivienda: “es importante señalar que esta medida que lleva mucho tiempo ha provocado un boom inmobiliario, auspiciado por el Estado inicialmente, pero que dependía netamente del crecimiento de su economía para tener el flujo entre el préstamo que tu das, la posibilidad de pago o los préstamos que otorgar para inversión en el desarrollo inmobiliario dentro de China”, señala Holzmann.
Según Francisco Dominguez, analista de estudios del Banco BCI, “una posibilidad para los bancos en Chile, serían contar con exigencias o condiciones más conservadoras para tomar estos créditos. Es importante también, sopesar que los bancos continuamente buscan la mejor calidad de la cartera, para no incurrir en expansiones importantes de los costos de créditos”.
“Adicionalmente, la decisión que consideran los bancos probablemente estaría también alineada al escenario de tasas, expectativas económicas y los efectos en el balance de las instituciones bancarias. A junio del presente año, las colocaciones del sistema bancario chileno a nivel consolidado, representan en torno a la cuarta parte del total. El sistema presenta una mayor exposición relativa al sector comercial”, concluye Dominguez.
Finalmente, hacer una inversión en verde tiene ciertos beneficios, pero también complejidades. Dentro de los beneficios, podemos destacar que hay mayor seguridad gracias a la Ley 19.932 y la 20.007, que establecen mayores resguardos al inversionista, facilidades de pagar el pie y numerosas ofertas, ya que la mayoría de las inmobiliarias trabaja con venta en verde. En cuanto a los riesgos, hay que considerar el pago por adelantado, la tardanza de los plazos de entrega, los cambio de condiciones de mercado, la plusvalía del inmueble y su rentabilidad.
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