La ministra lusa de Vivienda, Marina Gonçalves, dijo en rueda de prensa que prevé reuniones con asociaciones de arrendatarios, propietarios y otros para decidir un posible tope.
Por: Renato Herrera Lagos
El Gobierno socialista de Portugal aprobó esta semana una moratoria del 30% en el euríbor para los próximos dos años y así aliviar la prestación mensual de hipotecas de las familias, que empezarán a compensar los intereses que no paguen ahora dentro de cuatro años.
La prórroga es una de las tres medidas aprobadas en Consejo de Ministros para reducir la carga a los hogares con préstamos hipotecarios, que incluyen también más bonificaciones temporales de intereses y la prolongación de la suspensión de la comisión de reembolso anticipado.
“La subida de los tipos de interés es uno de los mayores o incluso el mayor problema que enfrentan las familias portuguesas”, afirmó el ministro luso de Finanzas, Fernando Medina, en una rueda de prensa tras el Consejo.
Medina explicó que casi el 90 % de las hipotecas en Portugal están sujetas a tasas variables o mixtas, por lo que sufren “un proceso muy fuerte” de aumento de tipos de interés.
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Para aliviar esta carga, los portugueses podrán mantener las prestaciones estables dos años, durante los que pagarán sólo el 70 % del euríbor a seis meses. El 30 % restante se empezará a abonar dentro de cuatro años, cuando se espera que los tipos hayan bajado y sea más fácil para las familias asumir ese gasto.
La medida se podrá solicitar para los préstamos con al menos cinco años restantes de contrato y no tiene ninguna restricción en función del montante del crédito o de la renta de las familias. La solución podría alcanzar a cerca de un millón de hogares, según los cálculos del Gobierno.
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Junto a eso, el ejecutivo aprobó también un refuerzo de las bonificaciones para los intereses de las hipotecas, medida que ya estaba en vigor desde mayo pero que ahora será mejorada.
El límite máximo anual pasará de 720,60 a 800 euros y se bonificará el 100% de los intereses si la tasa de esfuerzo de las familias supera el 50%, y el 75% cuando el esfuerzo está entre el 35% y el 50%. El Gobierno luso también estudia medidas para el mercado de arrendamiento, como la posibilidad de volver a establecer un tope a la subida del alquiler, que para 2022 fue del 2 %.
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