La medida se ha postergado por los altos costos que implica expandir los beneficios sociales a las zonas urbanas. Si prospera, facilitaría la migración de zonas rurales a las ciudades.
Por Leonardo Núñez
China sigue buscando fórmulas para reactivar su mercado inmobiliario. A la expansión de sus programas de financiamiento, las rebajas de las tasas de interés hipotecarias y apoyo a las empresas desarrolladoras, entre otras medidas ya tomadas, la potencia ahora estudia una reforma mucho más radical. Y que podría generar cambios permanentes en la forma en que se estructura su sociedad.
Por primera vez las grandes ciudades chinas, con autorización del gobierno central, están modificando su registro social de hogares (hukou). Esto, con el fin de entregar una residencia permanente a la población rural que compre viviendas en las urbes.
“En el hukou chino, o sistema de registro de hogares, los migrantes a las ciudades tradicionalmente han tenido un acceso limitado a los beneficios sociales, como la atención médica y la educación. Por eso, el acceso a un hukou en una ciudad importante tiene un gran atractivo”, explica un análisis de The Wall Street Journal.
Guangzhou, también conocida como la capital china de la electrónica, fue la última ciudad en un adoptar la medida. La diferencia con urbes previas que ya lo habían hecho, es que es la primera de las ciudades más grandes y de primer nivel de China (que también incluyen a Beijing, Shanghai y Shenzhen) en hacerlo.
Los expertos en economía del país explican que la medida tiene profundas implicancias, ya que el sistema de registro de hogares ha segregado durante mucho tiempo a las poblaciones rurales y urbanas. Y modificarlo implica flexibilizar una de las limitaciones económicas fundamentales de China.
“Cerca de dos tercios de la población de China vive en áreas urbanas, pero menos de la mitad de la población tenía un hukou urbano en 2023. Eso significa que alrededor de 250 millones de residentes urbanos no disfrutan de todos los beneficios sociales en el lugar donde viven. Muchos son trabajadores sin los medios para comprar una casa en una gran ciudad, pero entre los residentes urbanos sin beneficios de registro también hay empresarios y propietarios de viviendas exitosos”, añade el periodista Jacky Wong.
Esto tiene profundas implicaciones económicas. Los residentes inmigrantes no se sienten lo suficientemente seguros económicamente como para gastar libremente, por lo que el sistema ha deprimido el consumo de los hogares. Muchos dejan a sus familias en el campo mientras trabajan en las ciudades.
En los últimos meses, el gobierno presentó un plan de urbanización de cinco años para reformar el sistema hukou, lo que indica que reconoce este lastre sistémico. Pero un cambio significativo no será barato. Absorber a millones de migrantes rurales en la infraestructura social urbana requiere un mayor gasto en atención sanitaria y otros programas de bienestar.
Esto ayuda a explicar por qué la reforma del hukou, que ha estado en la lista de deseos de académicos y centros de estudios durante décadas, se ha retrasado tanto. Pero la crisis inmobiliaria se ha convertido ahora en un problema fiscal más acuciante para los gobiernos locales.
“Los inversores deberían prestar mucha atención: si la reforma del hukou tiene éxito, se expande a más ciudades y se combina con financiación para mejores beneficios sociales para los migrantes rurales, sería una de las iniciativas de política económica más positivas de Beijing en años”, finaliza Wong.