Hay 160 construcciones terminadas a la fecha. Se espera que a fin de año esta cifra llegue las 200.
Por Leonardo Nuñez
El desarrollo inmobiliario chileno ha liderado distintas tendencias en la región. Es el caso de los edificios multifamily. Su llegada se remota a la crisis subprime (2007), cuando se construye el primero de ellos y pocos entendían o habían oído hablar de esta modalidad de residencia.
En 2010 se produjo otro hito, con el ingreso al negocio del fondo Asset Chile, que buscaba profesionalizar el sector, cuya tipología reúne en su condiciones como funcionalidad, calidad de vida y privacidad.
Tras la pandemia que aceleró el proceso, hoy Chile lidera este modelo con 160 construcciones terminadas a la fecha. Se espera, en tanto, que a fin de año esta cifra llegue las 200, según cifras publicadas en un informe regional de CAMACOL (Cámara de la Construcción de Colombia). Para la elaboración del mismo, dicha cámara trabajó en la recopilación de datos con la Cámara Chilena de Comercio.
Ya en 2016 la Consultora CBRE publicaba reportes alentadores sobre la creciente intención de inversión inmobiliaria en países del Cono Sur. Las proyecciones del nicho multifamiliar en aquel momento rondaba el 10% y ha evolucionado favorablemente desde entonces. En la actualidad es un mercado muy atractivo en países, además de Chile, como Colombia y Perú.
El modelo multifamily nació como concepto en Estados Unidos hace dos décadas. Hoy representa el 22% del total de los arriendos en ese país. En Chile todavía estamos lejos de esa cifra, que ronda el 5%, según la CChC, lo que alienta a los expertos a proyectar que todavía queda mucho por crecer.
De acuerdo a un informe de la consultora Tinsa, este mercado continúa experimentando un importante auge en la capital, como respuesta a las dificultades actuales para acceder a la casa propia. La comuna de Santiago lidera con 36 proyectos, le sigue San Miguel con 14 e Independencia con 12. Además, el estudio revela un creciente interés en La Cisterna.
El modelo se basa en edificios administrados bajo una sola empresa o propietario, con departamentos solo destinados al arriendo. Esto facilita las mantenciones y el control de las personas que llegan a vivir. Las cifras de ocupación alcanzan el 90%.