“Entre enero de 2010 y junio de 2024, el precio de la vivienda aumentó un 95% en comparación con la remuneración de las y los trabajadores formales, que solamente aumentó un 30%”, asegura la Fundación Sol. Dos variables económicas que sin duda se influencian mutuamente, pero que tienen diferentes dinámicas y factores que las afectan.
Por su parte, el Índice de Acceso a la Vivienda (PIR), indicador desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), ha establecido que si una familia de ingreso promedio lograra ahorrar el total de sus ingresos, aún así, solo a los 11,4 años podrían acceder al sueño de la casa propia.
¿Los motivos? Son varios y los hemos argumentado en cada editorial, pero el gran factor es la correlación sueldo-vivienda, puesto que a partir de 2010 la remuneración no logra subir de forma exponencial, en cambio el valor de las viviendas, sube cada año como burbuja impidiendo el acceso, principalmente, a la clase media.
Hablamos de un ingreso promedio que considera que un salario laboral mensual en Chile de 2023 de $826.535, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), pero la realidad hoy es que la mitad de los trabajadores en nuestro país sólo recibe un salario igual o inferior a $582 mil, versus el valor de la Vivienda: que fluctúa por la oferta y la demanda, la ubicación, las tasas de interés, políticas públicas, inversión extranjera, crecimiento económico, entre otros factores, y que por cada uno de ellos, ha subido exponencialmente hasta la fecha.
Así, el impacto en el poder adquisitivo es un factor clave para el flujo para el acceso a la vivienda. Es simple, si el valor de la vivienda aumenta más rápida y significativamente que el aumento de sueldos, esto reduce la accesibilidad, porque es más difícil comprar e incluso arrendar propiedades, pues la relación entre ambos es indisoluble.
Un aumento en el ingreso familiar puede llevar a una mayor demanda de vivienda, lo que puede incrementar los precios. Sin embargo, si los sueldos no aumentan al mismo ritmo que los precios de la vivienda, puede ocurrir una desalineación entre lo que la gente puede permitirse y lo que cuesta una casa o departamento, lo que se traduce en problemas de asequibilidad.
Por su parte, la inflación es un factor que afecta tanto a los sueldos como al valor de la vivienda, pero el efecto en cada uno puede diferir. Un aumento en la inflación puede llevar a ajustes en los sueldos, pero también puede hacer que los precios de la vivienda aumenten si la construcción y los materiales también se vuelven más costosos.
Cada uno de estos puntos ilustran cómo el aumento de sueldos y el valor de la vivienda, son aspectos diferentes de la economía que pueden interactuar de diversas maneras, impactando la calidad de vida y la accesibilidad de las familias chilenas a la vivienda, pero que dependen evidentemente mutuamente de cómo evolucionan o no.